Me pareció oportuno transcribirles este fragmento de una conferencia pronunciada por el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira en la ciudad de San Pablo, Brasil, en el año 1970.
" Imaginad una ciudad completamente entregada al desorden y al caos. Una ciudad de cuyo confuso barullo parten cacofonías de toda especie; ciudad donde vociferan la blasfemia y la inmoralidad. Imaginad, en medio de esa ciudad, las campanas de centenares de iglesias que tañen pidiendo a Dios misericordia, pidiendo a Dios justicia, pidiéndole a El que -por el perdón o por la fuerza- haga cesar de inmediato tantas abominaciones, para salvar así a tantas almas que se hallan en peligro de perderse".
" Imaginad esas campanas que redoblan, tangidas por manos fieles, que intentan dominar la cacofonía blasfema de la ciudad. Es un ruido de voces, es un conflicto de sones... La armonía sacral de la campana protesta y desciende desde lo alto tratando de acallar los ruidos espurios que suben de la tierra. En medio de esta lucha van envejeciendo los primeros batalladores; van muriendo acá y allá. Otros no mueren, no envejecen, mas van tañendo la campana con sus manos más cansadas. El desánimo los ataca. Otros, por fin, acaban siendo seducidos por el vocinglerío de la Tierra; terminan dejando de tañer las campanas, bajan de las sagradas torres de la fidelidad hacia los pantanales y hacia las calles llenas de blasfemias... y abandonan su misión".
" Pocas campanas son las que tocan aún; mas, en medio del ruido, ellas perseveran y perseveran en todas formas; perseveran en todas las maneras; perseveran con toda esperanza y continúan tañendo obstinadamente".
" En lo más alto de los Cielos está Nuestra Señora, Reina de todo el Universo, que escucha, que juzga y que reza. Omnipotencia suplicante, Ella acompaña los acontecimientos paso a paso, porque Ella quiere que llegue un determinado momento, un determinado instante en que Su gloria se haga sentir".
" Ese instante será cuando las últimas campanas aún doblen; cuando ellas todavía perseveren. Aunque el número de campanas va tornándose tan pequeño que casi nadie las escucha ya en medio de la confusión general; es en ese momento que Nuestra Señora intervendrá".
" Y es en ese momento también que el Mal intentará sofocar a la perseverancia tañedora tratando de apagar el sonido de las últimas campanas... Es en ese momento que Nuestra Señora, desde lo más alto de los cielos, bajará con sus ángeles. Es en ese momento que Ella intervendrá y disipará a los malos. Es en ese momento que Ella instaurará Su gloria".
" Cuando Su gloria comience; cuando Su reino comience a brillar entre los hombres, aquella misma perseverante campana estará tañendo todavía. Será la misma campana del comienzo de la reacción; la misma que traerá el timbre de las campanas tañidas en épocas anteriores de gloria y de paz. Será la misma campana de la Tradición Católica, que en la aurora del Reino de María Santísima doblará con el tañido de todos los tiempos, con el sonido sagrado de todas las lecciones de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana. No sólo prolongando el pasado, sino dando el timbre del más radiante y bello de los futuros".
Amigos, después de leer esto con seguridad doblegaremos el esfuerzo para hacer fuerte el sonido de nuestras campanas riojanas, que sostenidas por los viejos horcones, llaman en defensa de nuestras tradiciones.
R.C.M.
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