Las profecías de Fátima y el
triunfo del Inmaculado Corazón de María
Luis María Mesquita Errea
Comité de Recepción y Homenaje a la
Imagen Peregrina Internacional de la Virgen de Fátima
Ermita de la Sgda. Imagen
Peregrina Internacional de Nuestra Señora de Fátima
Calle Imagen Peregrina de Ntra. Sra. de Fátima s/n
(5367) Sañogasta –Prov. de La Rioja
donpelayodeasturias@gmail.com
Las profecías de Fátima y el
triunfo del Inmaculado Corazón de María
Introducción
En 1917, Nuestra Señora apareció a tres pastorcitos en Portugal
para darles un mensaje dirigido a todos los hombres. En esencia, señaló los
graves desvíos de la humanidad, envuelta en un proceso de creciente destrucción
de los restos de la
Civilización Cristiana que floreciera durante siglos.
Como Madre de Misericordia y Medianera de todas las Gracias, nos
señaló estos males para evitarlos y nos dio medios especiales para salir de esa
situación de pecado y del castigo que ésta atrae.
La situación actual de la humanidad es precaria. Grandes crisis de
toda clase asolan al mundo, a lo que se suma la creciente amenaza del
terrorismo musulmán y la creciente agresividad xxx. Hoy más que nunca es
necesario que la opinión católica tome conocimiento de las revelaciones de la Santísima Virgen.
Es necesario un cambio profundo, una vuelta al hogar paterno, si no queremos
desafiar la Justicia
Divina. Sin embargo, el Mensaje permanece desconocido, lo que
da pie para que se difundan falsas versiones.
Luego de participar de tres visitas de la Sagrada Imagen
Peregrina Internacional de la
Virgen de Fátima, recibida con tanta devoción por el pueblo
católico argentino, creemos un imperativo de conciencia contribuir a divulgar
las palabras de Nuestra Señora para sacarlas del cono de sombra en que se
encuentran. Lo hacemos desde la perspectiva de la doctrina católica
tradicional, siguiendo las enseñanzas de un gran Maestro, el Prof. Plinio
Correa de Oliveira, cuyos escritos fueron calificados por la Santa Sede , en 1964, de
"eco fidelísimo de todos los documentos del supremo Magisterio de la Iglesia ".
Deseamos así servir a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana y
colaborar en que todos los hombres puedan recibir la luminosa promesa de la Virgen en Fátima:
“Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”
La Rioja, noviembre de 2001
Nota: texto actualizado en 2006
Revisado
Revisado
Capítulo I
En el cielo azul. una misteriosa estatua de nieve
Nos trasladamos con los ojos del alma a la privilegiada región que
fue teatro de las apariciones de Fátima. Una zona rural montañosa y pedregosa,
donde los pobladores viven en pequeñas aldeas antiquísimas, con sus quintas y
huertos. Al despuntar el día, tres niños salen al campo animando su bulliciosa
majada de ovejas. Son Lucía de Jesús dos Santos y los hermanitos Francisco y
Jacinta Marto.
En los campos quebrados, con sus hierbas fragantes y sus cadenas de
sierras que forman misteriosas series de murallas azuladas, se juntan con otros
niños de la aldea que andan cuidando la majada familiar.
Estamos, en 1916, en Portugal, la gran nación ibérica de navegantes
y colonizadores, desde cuyo pequeño territorio continental partieron legiones
de hombres emprendedores a plantar la cruz en tierras lejanas del Asia, Africa
y América. En las conversaciones de los niños pastores, en medio de sus rondas,
sus juegos, sus adivinanzas y sus lecciones de catequesis que da la mayor,
Lucía, algo nuevo y misterioso se había introducido. Durante varios meses del
año anterior, en el encantador lugar llamado "Outeiro do Cabeço",
venían viendo algo curioso. Por encima de la arboleda que bajaba hacia el
valle, observaron tres veces algo similar a una nube. Se trataba de "una
figura como una estatua de nieve, que los rayos del sol hacían algo
transparente''.
Podemos imaginar, recortándose en el azul de zafiro del cielo, a
esta estatua tan blanca que parecía de nieve, a la que el sol del cerro daba un
atractivo fascinante. ¿Qué clase de figura sería? ¿Qué misterios luminosos y
puros anunciaba?
Capítulo II
En el cerro, el Angel se hace presente
Tal vez los niños habían olvidado momentáneamente la misteriosa y
deslumbrante figura nívea cuando jugaban en ese "otero” o mirador natural
donde pastoreaban sus ovejas. En la apacible serenidad de la sierra, sienten de
pronto un viento fuerte que los mueve a mirar hacia arriba de los árboles. ¿Qué
ven? "Una luz más blanca que la nieve, con la forma de un joven
transparente, más brillante que un cristal atravesado por los rayos del
sol". Sus facciones eran de gran belleza y, ante los niños sorprendidos se
presentó diciendo:
“No temáis, soy el Angel de la Paz. Rezad conmigo”.
El Angel se arrodilló e inclinó su frente hasta el suelo. Los niños
lo imitaron y repitieron las siguientes
palabras que él dijo tres veces:
-“Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los
que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”.
Luego se levantó, diciendo: “Rezad así. Los corazones de Jesús y de
María están atentos a la voz de vuestras súplicas”.
Capítulo III
Segunda aparición del Angel
Los niños jugaban junto al pozo de la casa de los Marto, los padres
de Lucía. El Angel aparece sobre el pozo y les dice:
“¿Qué hacéis? Rezad, rezad mucho. Los corazones de Jesús y de María
tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente al
Altísimo oraciones y sacrificios.
Lucía le pregunta cómo deben sacrificarse.
“De todo lo que podáis, ofreced a Dios un sacrificio de reparación
por los pecados con que El es ofendido y de súplica por la conversión de los
pecadores. Atraed así la paz sobre vuestra Patria. Yo soy su Angel de la
guarda, el Angel de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con resignación el
sufrimiento que Nuestro Señor os envíe”. Y desapareció.
Capítulo IV
Tercera Aparición del Angel de Portugal
Ocurrió a principios de 1916 en una gruta del “Otero del Cabezo”.
Los niños se habían postrado para rezar la oración enseñada por el Angel cuando
advirtieron una luz desconocida.
“...vemos al ángel trayendo en la mano izquierda un cáliz sobre el
cual está suspendida una Hostia de la que caían, dentro del cáliz, algunas
gotas de sangre. Dejando el cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, se postró en
tierra y repitió tres veces la oración:
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro
profundamente, te ofrezco el
preciosísimo Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos
los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias con que El mismo es ofendido Y por los infinitos méritos de su
Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de
los pobres pecadores''.
Luego el Angel da la
Hostia a Lucía y el contenido del cáliz a Jacinta y a
Francisco, diciéndoles:
``Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por
los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios".
Otros comentarios de Lucía
"La fuerza de la presencia de Dios era tan intensa que nos
absorbía y aniquilaba casi por completo".
Más adelante, compara
el efecto de las apariciones del ángel con las de la Santísima Virgen :
“No sé por qué las apariciones de Nuestra Señora producían en
nosotros efectos muy diferentes. La misma alegría íntima y la misma paz y
felicidad, pero en vez del abatimiento físico, sentíamos una cierta agilidad
expansiva; en vez del aniquilamiento ante la Divina Presencia ,
era un exultar de alegría...”.
Capítulo V
¿Qué nos dice el Angel?
Es interesante pensar un poco en las palabras del Angel precursor
de las apariciones de Nuestra Señora.
El da a entender que existe en el mundo un estado de pecado grave;
que ese pecado llega hasta el punto donde la gravedad toca el propio Ser de
Dios: el sagrario, el Santísimo Sacramento, brutalmente ofendido por los
hombres. Deja entrever la tristeza y el enojo divino por esa ofensa; y de qué
modo Dios en su bondad quiere ser consolado por estas pequeñas criaturas, por
tres pastorcitos perdidos en el anonimato de una pequeña aldea de Portugal.
Cómo esto nos dice que lo que vale a los ojos de Dios no es lo que
vale para nosotros. Idolatramos un futbolista, una actriz, algún desgraciado
bufón que se burla de todo, como si la vida no fuese más que risa vana y sin
sentido...
¡Qué contraste con la sacral seriedad del Angel! ¡Qué contraste con
la escala de valores de Dios! El no llama a los que hacen mal uso de la fama,
la riqueza y el poder para mantener un sistema de valores errado que, a fuerza
de difundirlo, hoy nos parece normal.
El llama a tres niños en los que vive la inocencia bautismal v les
pide oración y combate; una forma de combate que está en proporción con ellos:
sacrificio, especialmente el sacrificio de aceptar con humildad y amor todo lo
que Dios les mande, las cruces, los sinsabores, las probaciones, sostenidos por
la gracia que Dios nunca niega.
Nuestra
Señora, hermosa y apacible como la luna
Comparando las apariciones del Angel y de Nuestra Señora, Lucía
pone una nota de alegría especial en estas últimas. Esto hace recordar las
bellas palabras de San Luis María Grignion de Montfort basadas en San
Buenaventura y San Bernardo:
“... imploremos confiadamente la ayuda e intercesión de María
nuestra madre; Ella es buena, es tierna, nada hay en Ella de austero y terrible,
ni de excesivamente sublime y deslumbrante.
“Al verla , vemos nuestra pura naturaleza. No es el sol, que con la
fuerza de sus rayos podría deslumbrarnos por causa de nuestra debilidad, sino
que es hermosa y apacible como la luna, que recibe su luz del sol y la templa
para acomodarla a nuestro débil alcance. María es tan caritativa, que no
rechaza a ninguno de los que imploran su intercesión, por muy pecadores que
sean. pues, como dicen los santos, jamás se ha oído decir, desde que el mundo
es mundo, que alguien haya recurrido confiada y perseveradamente a la Virgen y haya sido
desechado.
Es tan poderosa, que jamás han sido desairadas sus peticiones. Le
basta presentarse a su Hijo con algún pedido, para que El la reciba y le
conceda inmediatamente lo que pide, pues siempre está amorosamente vencido por
el regazo, las entrañas y los ruegos de su queridísima Madre” (“Tratado de la Verdadera Devoción
a la Ssma. Virgen ”,
it. 85).
Capítulo
VI
Apariciones de Nuestra Señora de Fátima
Dos años después de la misteriosa visión de la «estatua de nieve» y
un año luego de las apariciones del Angel de Portugal, la misma Madre de Dios
vino a manifestarse con su Mensaje de alcance universal, que Ella reveló por
etapas en seis apariciones. Las apariciones
-menos la cuarta- sucedieron en una finca de los padres de Lucía llamada
«Cova de Iria», a un par de kilómetros de la aldea de Aljustrel donde vivían
los chicos con sus familias.
Durante las apariciones, los tres niños veían a la Virgen , pero su
participación no era igual. Lucía, de 10 años, hablaba con Ella; Francisco, de
9, solamente la veía; y Jacinta, de 7, la veía y oía pero no hablaba con Ella.
Capítulo VII
Primera de las seis apariciones de la Ssma. Virgen a los
tres pastorcitos: 13 de mayo de 1917 - Anuncio de que vendrá una séptima vez
Mientras los niños jugaban en la finca de “Cova de Iria” vieron dos
resplandores semejantes a relámpagos. Al fijar sus ojos sobre la encina
pudieron ver, deslumbrados, a la Santísima Virgen.
¿Cómo se les manifestó la celestial Señora? Acompañemos lentamente
esta maravillosa descripción:
“Era una señora vestida toda de blanco, más brillante que el sol, y
esparciendo luz más clara e intensa que un vaso de cristal, lleno de agua
cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente”, relata Lucía.
Su rostro
Indescriptiblemente bello, no era “ni triste ni alegre, sino
serio”, con aire de suave censura.
Las manos juntas, en posición de rezar, apoyadas en el pecho y
dirigidas hacia arriba.
De la mano derecha colgaba un rosario. Su vestido parecía estar
hecho sólo de luz. La túnica era blanca. Sobre ella vestía un manto del mismo
color, con rebordes de oro, que cubría la cabeza dejando ver sólo el rostro.
Este manto blanco con hilos de oro bajaba hasta los pies de la Ssma. Virgen.
La
fisonomía de Nuestra Señora
Lucía nunca pudo describirla totalmente: no podía fijar la mirada
en su rostro celestial, que la deslumbraba.
Nuestra Señora irradiaba una luz que envolvía a los niños, que se
encontraban a un metro y medio de Ella.
En esta atmósfera tan especial -que recuerda a Moisés frente a la
zarza ardiente- se dio el primer diálogo de María Santísima con los tres
pastorcitos.
NUESTRA SEÑORA: «No tengáis miedo, yo no os hago daño».
LUCIA: «¿De dónde es Vuestra Merced?»
NUESTRA SEÑORA: «Yo soy del cielo» (y Nuestra Señora levantó la
mano para señalar el cielo).
LUCIA: «¿Y qué es lo que Vuestra Merced quiere de mí?»
NUESTRA SEÑORA: “Vengo para pediros que volváis aquí durante seis
meses seguidos, el día 13 y a esta misma hora. Después os diré quien soy y lo
que quiero. Y volveré aquí una séptima vez».
LUCIA: «Y yo, ¿también voy al cielo?»
NUESTRA SEÑORA: «Sí, vas».
LUCIA: «¿Y Jacinta?».
NUESTRA SEÑORA: «También».
LUCIA: «¿y Francisco?».
NUESTRA SEÑORA: «También, pero tiene que rezar muchos rosarios».
LUCIA: «¿María de las Nieves ya está en el cielo?»
NUESTRA SEÑORA: «Sí, ya está».
LUCIA: «¿y Amelia?».
NUESTRA SEÑORA: «Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo.
¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que os quiera
enviar, en reparación por los pecados con que El es ofendido y en súplica por
la conversión de los pecadores?».
LUCIA: “Sí, queremos».
NUESTRA SEÑORA: «Vais, pues, a tener mucho que sufrir, pero la
gracia de Dios será vuestro consuelo».
Fue al pronunciar estas palabras («la gracia de Dios, etc.») cuando
abrió las manos por primera vez, comunicándonos una luz tan intensa como el
reflejo que de ellas se expandía, que penetrándonos en el pecho y en lo mas
íntimo del alma nos hacía vernos a nosotros mismos en Dios, que era esa luz,
más claramente que lo que nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces, por
un impulso interior también comunicado, caímos de rodillas y repetimos
interiormente: «¡Oh! Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te
amo en el Santísimo Sacramento».
Pasados los primeros momentos añadió Nuestra Señora:
“Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y
el fin de la guerra».
«Enseguida -describe la Hna. Lucía- comenzó a elevarse serenamente.
subiendo en dirección al naciente, hasta desaparecer en la inmensidad de la
distancia. La luz que la circundaba iba como abriendo un camino en la
obscuridad de los astros».
Comentario
El relato es tan real y sobrenatural que aleja cualquier duda. Se
hace sentir de una manera indecible la presencia maternal y regia de Nuestra
Señora.
Se destaca el papel de la Santísima Virgen
en el gobierno de las almas como verdadera Reina y Señora de todo lo creado.
Nos trae al vivo el destino eterno de los hombres, en una época en que muy poco
se enseñan los dogmas de fe católicos acerca de existencia del purgatorio y del
infierno. Ella nos recuerda esta terrible realidad para nuestro bien, para que
no se adormezca nuestra conciencia y con su gracia alcancemos el cielo.
La seriedad del asunto es realzada por la revelación de que Amelia
“estará en el purgatorio hasta el fin del mundo”.
Capítulo VIII
2ª Aparición de Nuestra Señora: 13 de junio de 1917
La aparición de la
Ssma. Virgen fue nuevamente precedida por un resplandor,
reflejo de una luz que se aproximaba. Unos cincuenta espectadores allí
presentes notaron cosas fuera de lo normal, como el inclinarse la copa de la
encina bajo la acción de un peso.
LUCIA: “¿Vuestra Merced qué quiere de mí?”
NUESTRA SEÑORA: «Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que
viene, que recéis el rosario todos los días y que aprendáis a leer. Después
diré lo que quiero».
Lucía pidió la curación de una persona enferma:
NUESTRA SEÑORA: «Si se convierte, se curará durante el año». LUCIA:
«Quería pedirle que nos llevara al cielo».
NUESTRA SEÑORA: «Sí, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve.
Pero tú te quedarás aquí algún tiempo. Jesús quiere servirse de ti para hacerme
conocer y amar. El quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado
Corazón. A quien la abrace le prometo la salvación; y serán amadas de Dios
estas almas como flores puestas por mí para adornar su trono».
LUCIA: «¿Y me quedo aquí sola?».
NUESTRA SEÑORA: «No, hija. ¿Y tú sufres mucho? No desanimes. Yo
nunca te dejaré. Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te
conducirá hasta Dios».
Al decir estas palabras -cuenta la Hna. Lucía- abrió las
manos y nos comunicó, por segunda vez, el reflejo de aquella luz tan intensa.
En ella nos veíamos como sumergidos en Dios. Francisco y Jacinta parecían estar
en la parte que se elevaba hacia el cielo y yo en la que se esparcía por la
tierra. Delante de la mano derecha de Nuestra Señora había un corazón rodeado
de espinas que parecía se le clavaban por todas partes. Comprendimos que era el
Inmaculado Corazón de María, ultrajado por los pecados de los hombres y que
pedía reparación».
Cuando se desvaneció esta visión, la Señora , envuelta todavía en
la luz que de Ella irradiaba, se elevó del arbusto sin esfuerzo, suavemente, en
dirección al este, hasta desaparecer del todo. Algunas personas más próximas
notaron que los brotes de la copa de la encina estaban inclinados en la misma
dirección, como si los vestidos de Nuestra Señora los hubiesen arrastrado. Sólo
algunas horas más tarde volvieron a su posición natural.
Comentario
Algunos aspectos que se destacan:
· El llamado de Lucía para hacer conocer y
amar a Nuestra Señora.
· El designio de Dios de establecer en el
mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María.
· La grande y consoladora promesa de Nuestra
Señora: «a quien la abrace le prometo la
salvación».
· La misteriosa luz en que sentían la
presencia divina.
· La visión del Inmaculado Corazón ultrajado
por los pecados y pidiendo reparación.
· La misericordia de Nuestra Señora hacia los
tres pastorcitos en el momento en que su Inmaculado Corazón es ultrajado.
Capítulo IX: Tercera aparición de Nuestra Señora: 13 de julio de
1917 - El Secreto de Fátima
Al ocurrir esta aparición, varios fenómenos indicaron la presencia
de la Madre de
Dios. El Señor Marto, padre de Jacinta y de Francisco, escuchaba un susurro,
como un zumbido fuera de lo común.
LUCIA: «¿Vuestra Merced qué desea de mí?».
NUESTRA SEÑORA: «Quiero que volváis el 13 del mes que viene y que
continuéis rezando el rosario todos los días, en honra de Nuestra Señora del
Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella
les podrá socorrer».
LUCIA: “Quería pedirle que nos dijera quién es y que hiciera un
milagro con el que todos crean que Vuestra Merced se nos aparece”.
NUESTRA SEÑORA: “Continúen viniendo aquí todos los meses. En
octubre diré quien soy y lo que quiero, y haré un milagro que todos han de ver,
para que crean”.
A los pedidos de gracias y curaciones, Nuestra Señora responde
recomendando el rezo del rosario para alcanzarlas. A un joven inválido, Nuestra
Señora hace decir que no lo curará ni lo sacará de la pobreza, pero que si
rezase el rosario todos los días en familia le daría los medios para ganarse la
vida.
Luego continuó: «Sacrificáos por los pecadores y decid muchas
veces, sobre todo cuando hagáis algún sacrificio: ¡Oh! Jesús, es por Vuestro
amor; por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados
cometidos contra el Inmaculado Corazón de María».
Primera
parte del Secreto: la visión del infierno
Al decir estas últimas palabras -cuenta Lucía- abrió de nuevo las
manos, como en los dos meses anteriores. El reflejo (de luz que ellas irradiaban)
pareció penetrar la tierra y vimos como un gran mar negro de fuego y,
sumergidos en ese fuego, a los demonios y las almas como si fuesen brasas
transparentes y negras o bronceadas, con forma humana, que flotaban en el
incendio llevados por las llamas que de ellas mismas salían juntamente con
nubes de humo, cayendo hacia todos los lados -semejante al caer de las chispas
en los grandes incendios- sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de
dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de pavor. Los
demonios se distinguían por formas horribles y asquerosas de animales
espantosos y desconocidos, pero transparentes como negros carbones en brasa.
La visión duró apenas un instante, durante el cual Lucía soltó un
«¡ay!». Ella comentó que, si no fuese por la promesa de Nuestra Señora de
llevarles al cielo, los videntes se habrían muerto de susto y pavor.
Segunda parte del Secreto:
El anuncio del castigo y de los medios para evitarlo
Asustados, pues, y como pidiendo socorro, los videntes levantaron
los ojos hacia Nuestra Señora, que les dijo con bondad y tristeza:
NUESTRA SEÑORA: «Vísteis el infierno, a donde van las almas de los
pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la
devoción a mi Inmaculado Corazón.
«Si hacen lo que Yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán
paz.
«La guerra va a acabar, pero, si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío Xl comenzará
otra peor. Cuando veáis una
noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os
da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del
hambre y de persecuciones a la
Iglesia y al Santo Padre”.
Medios de impedirlo; castigos que sobrevendrán si no se atienden
las palabras de Nuestra Señora
«Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi
Inmaculado Corazón y la
Comunión Reparadora en los Primeros Sábados.
“Si atienden mis
pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el
mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia ; los buenos serán
martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán
aniquiladas; por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará.
“El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será
concedido al mundo algún tiempo de paz.
“En Portugal se conservará siempre el Dogma de la Fe , etc.
“Esto no lo digáis a nadie. A Francisco sí podéis decírselo''.
Pasados algunos instantes:
«Cuando recéis el rosario, decid después de cada misterio: ¡Oh!
Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas
al cielo, principalmente a las que más lo necesiten».
LUCIA: « ¿Vuestra Merced no quiere nada más de mí?».
NUESTRA SEÑORA: «No, hoy no quiero nada más de ti».
Y como de costumbre, comenzó a elevarse en dirección al este,
desapareciendo en la inmensa lejanía del firmamento.
Nota: Este mensaje permaneció secreto por mucho tiempo y es lo que
se conoce como el Secreto de Fátima. Las dos primeras partes son la
visión del infierno y la visión del castigo. Con relación a la tercera parte
del Secreto, que continuaría a partir de la frase:
«... en Portugal se conservará siempre el Dogma de la Fe , etc».
Nota de febrero de 2006: al revisar este trabajo, cinco años después, la crisis de la Santa Iglesia se ha
agravado de tal manera, que nos quedamos sumidos en una profunda perplejidad.
Nos limitamos a decir que, de acuerdo a los hechos, la hipótesis de que la
tercera parte del Secreto se refiera “a la crisis interna de la Fe en la Santa Iglesia ”,
parecería tornarse cada vez más plausible.
Capítulo X.
Un sencillo análisis de la 3ª
Aparición
Llevar nuestras cruces – Eficacia del Rosario
Al principio de la tercera aparición, Lucía le pide a Nuestra
Señora por enfermos y sufrientes.
Vemos aquí cómo, por razones misteriosas, Dios quiere a veces que
suframos ciertos males para nuestro bien. Nos cuesta entenderlo. pero aún en
esta vida el sufrimiento tiene un papel fundamental, de maduración, de fuerza
de alma, etc. Una vida sin sufrimiento produce una sensación de vacío, de
frustración.
Dice Santa Teresita, refiriéndose a los terribles sufrimientos que
pasó durante la enfermedad de su padre, Monsieur Martin, que estas cruces nos
permiten participar de los méritos infinitos de Nuestro Señor en la cruz y
harán nuestra alegría y admiración en la vida futura.
Nuestra Señora, por amor a las almas, sin quitarles por completo el
sufrimiento, que les gana méritos para la vida eterna, les da un gran alivio
con el rezo del Rosario. El incalculable poder sobrenatural del Rosario es otro
gran misterio de nuestra Fe, del cual hablaremos más adelante (ver Cap. XVII).
La
visión del infierno
Nuestra Señora en su mensaje, como su Divino Hijo en el Evangelio,
nos muestra que es saludable para las almas recordar esta terrible realidad.
Pues el hombre real -no el imaginado por un hueco optimismo «light» o
romántico- para cumplir la ley de Dios y poder salvarse, necesita tener
presente lo que le pasará después de la muerte si no se convierte y enmienda
sus costumbres pecaminosas.
Cómo esta visión contraría los esquemas de ciertos cristianos -y no
son pocos, inclusive consagrados- que silencian totalmente el infierno o lo presentan
no como los santos, sino al gusto de su imaginación relativista, evitando el
saludable sobresalto que nos trae su meditación. ¡Qué responsabilidad, poder
alertar a otros de un peligro y no hacerlo! Si queremos tener devoción al
Inmaculado Corazón de María, pidámosle la gracia de que el recuerdo de las
penas eternas nos mueva a salvar las almas y a evitar el pecado para salvar la
nuestra también.
Otra grave advertencia de Nuestra Señora: el pecado no sólo lleva
las almas al infierno en la otra vida: también atrae el castigo divino en esta
tierra. Existen voces que dicen: «Dios es bueno, Dios no castiga». Nada más
contrario a las lecciones de la Historia Sagrada -¡baste pensar en Sodoma y
Gomorra o el Diluvio universal! Y nada más contrario a las lecciones de Fátima.
Pues Dios, porque es bueno, es infinitamente justo, y nos da, en definitiva, lo
que nosotros merecemos: un premio o un castigo, y cuando nos castiga en
esta vida, es para purificarnos y merecer
la salvación eterna.
«La guerra va a acabar» dijo Nuestra Señora, y la I Guerra Mundial acabó.
Fue la peor guerra conocida hasta entonces en la Historia. «Pero si no
dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío Xl comenzará otra peor».
Es esta una profecía doble; enseñó a Lucía con dos décadas de
antecedencia quien sería el Papa, y predijo el terrible flagelo
-incomparablemente mayor- de la
II Guerra con respecto a la I. Esta vendría si los
hombres continuasen pecando. Y así ocurrió.
Parte de su anuncio fue: «cuando veáis una noche iluminada por una
luz desconocida, sabed que es la gran señal...». La «gran señal» que Nuestra
Señora anunció se vio en los cielos de Europa del 25 al 26 de enero de 1938.
Ese año comenzó el castigo, que tuvo como una de sus manifestaciones más
impresionantes las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
Pero la dureza de los hombres parece superar la bomba atómica. Las
ofensas a Dios y al Inmaculado Corazón de María no paran, ¡muy por el
contrario!
Esto hizo anunciar a Nuestra Señora que un tercer castigo, aún
mayor, vendrá si no se adoptan los remedios indicados por Ella para la
conversión del mundo:
«Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi
Inmaculado Corazón y la
Comunión Reparadora de los Primeros Sábados».
La
consagración de Rusia
Debía hacerla el Santo Padre en unión con todos los Obispos de la
tierra. Por razones que se desconocen, se realizaron algunas consagraciones,
pero no hay seguridad plena acerca de si correspondieron a los términos pedidos
por la Virgen.
Esta importantísima devoción, indicada por Nuestra Señora como otro
medio para evitar el castigo, consiste en comulgar durante cinco meses, cada
primer sábado -o en su defecto otro día-, confesándose, rezando un tercio
(cinco decenas del Rosario) y haciendo una meditación de 15 minutos sobre los
misterios del Rosario. Todo esto debe ofrecerse en desagravio del Inmaculado
Corazón. Es triste constatar que esta práctica, aunque haya pequeñas minorías
de fieles que la hagan, jamás se ha extendido entre los católicos.
Por lo tanto, es otro pedido «pararrayos», es otro remedio para
evitar un nuevo castigo, que no se adoptó.
Modas
y costumbres inmorales
Sigamos analizando este tema crucial.
En revelaciones privadas a los videntes (ver Cap. XV), Nuestra
Señora apuntó el pecado contra la pureza como el que más almas lleva al
infierno.
También habló de modas que ofenderían mucho a Nuestro Señor. Luego,
otra cuestión clave en la perspectiva de Fátima es: la inmoralidad.
La pornografía, la libertad sexual, los espectáculos y cantos por
TV, radio, etc., las propagandas, las novelas, la educación sexual, los lugares
de diversión ilícita, todo ello fomentando el instinto sexual y el amor libre,
e inclusive la homosexualidad -pecado que, de acuerdo a la doctrina tradicional
de la Iglesia ,
«clama al cielo por venganza». ¿No es lo que vemos continuamente a nuestro
alrededor y cada vez más? ¡¿Y qué decir de la droga, del aborto, de tantas
cosas que tienen que ver con las modas, no solamente de vestir, sino también
los modos de vivir?! Nos limitamos a este ámbito, sin entrar a considerar otras
realidades de pecado del mundo de hoy, que constituirían un elenco
interminable, incluyendo el horror del satanismo.
Siendo así ¿quien osará negar lo que la Ssma. Virgen anunció,
que si la humanidad sigue este caminar fatal, será nuevamente castigada? Es
obvio que el comunismo constituye parte fundamental de ese castigo. Pero, por
el texto del mensaje, se ve que no es todo, más aún tomando en consideración el
texto divulgado por la
Santa Sede sobre la
III parte del Secreto, que incluimos más adelante. Alguien
podrá decir que estas consideraciones son pesimistas, que asustan, que
difundirlas es un acto de maldad. Preguntémonos, ¿dónde está la maldad? En
advertir: “¡cuidado! si seguimos por este camino, vamos hacia un precipicio”,
como lo hizo la Virgen ?
¿O en decir: «Está todo bien, sigan adelante que no hay ningún precipicio» y
dejar que la humanidad camine hacia el castigo?
Estimado lector: desconfíe cuando quieran darle una falsa
tranquilidad adormecedora, diciéndole que esto ya pasó, o que la Virgen quiso decir otra
cosa. Use su razón iluminada por la fe y súmese a los que lucharnos para que se
obedezca a Nuestra Señora, la sociedad se convierta y de esta manera se evite
el castigo. Repito: ¡luchamos para salvar a la humanidad del castigo! Y, más
aún, para que no se ofenda a Dios infinitamente santo, grande y omnipotente;
para desagraviar al Inmaculado Corazón de María cruelmente ultrajado por tantas
abominaciones, y restaurar la civilización cristiana.
Comunismo
y castigo: “los errores de Rusia”
Para finalizar este breve análisis de las palabras de Nuestra
Señora, recordemos en qué consiste el tercer castigo anunciado por Ella en caso
de que la humanidad se obstine en ofender a Dios. «Si atienden mis pedidos,
Rusia se convertirá y tendrán paz, si no, difundirá sus errores por el mundo,
promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia , los buenos serán martirizados, el Santo
Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas, por fin, mi
Inmaculado Corazón triunfará».
Cuando la Virgen
habló, Rusia era una nación cismática -no católica- pero aún era una nación
normal. Tres meses después, en octubre de 1917, tuvo lugar la revolución
bolchevique, que implantó un régimen basado en la doctrina anticristiana por
excelencia, condenada por la
Iglesia : el comunismo.
Durante 80 años, el comunismo, con cabeza en Rusia, formó un
imperio colosal de países, persiguiendo, fusilando, mandando los enemigos a los
“hospitales psiquiátricos”, colectivizando, masificando, devastando.
Y si bien tuvo un aparente retroceso, con la caída de la cortina de
hierro, los actuales dirigentes rusos provienen del mismo régimen que la
esclaviza desde 1917, más aún, de la
KGB , su policía política secreta.
Además de ser los mismos hombres, utilizando las mismas estructuras
de poder, hay algo que debemos tener muy en cuenta. El comunismo es un proceso
que va pasando por diversas etapas. Y al comunismo «staliniano» de antes, y sus
diversas versiones posteriores, sucedió ahora -como estaba previsto en la Constitución rusa- la
nueva etapa de la «autogestión», con aires democráticos, con rótulo socialista,
pero escondiendo una realidad más igualitaria, más auténticamente comunista que
la propia «dictadura del proletariado» al estilo stalinista.
Y también están las otras «Rusias»: China, y Corea del Norte, y
Vietnam, y Laos, y Cuba..., y actualmente son nada menos que 1.400 millones de
seres humanos que gimen bajo la opresión comunista.
Pero esto no es todo. Nuestra Señora no dijo: «Rusia dominará todo
el mundo». Dijo que «los errores de Rusia» se difundirán por el mundo entero.
¿Y cuáles son esos errores? Son muchos. Por ejemplo la destrucción de la
propiedad y de la libertad humana, de la familia y de la religión, de la
identidad de los pueblos, especialmente de los pueblos cristianos, su forma de
ser, sus costumbres, todo lo que constituye la Tradición.
Son corrientes que, con rótulos diversos -socialismo, ecología radical,
«globalización», revolución cultural, manipulación genética, fundamentalismo
islámico (*), indigenismo y tantos otros-, difunden ideas afines al comunismo y
constituyen distintos aspectos de un único y gran movimiento destructor, la Revolución anti-cristiana.
(*) (Nota: sobre el fundamentalismo islámico v su afinidad con las
tendencias e ideas socialo-comunistas, recomendamos la lectura del artículo
"Sólo con el espíritu de cruzada" de Luis Dufaur, en la revista
"Catolicismo", w w w.catolicismo.org.br).
El proceso de "difusión de los errores de Rusia" se
desarrolla en todas partes.
Sin ir más lejos en Chilecito (La Rioja ), en insólita decisión del 14 de septiembre
de 2000, el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza para levantar un monumento
a uno de los mas típicos representantes de la guerrilla marxista
latinoamericana: el tristemente famoso «Che» Guevara, sanguinario instrumento
del tirano más descarado y antiguo del mundo actual, Fidel Castro, que mantiene
al pueblo cubano en la miseria y opresión.
(Nota de 2001: promovimos una campaña pública contra la ordenanza.
Cientos de vecinos apoyaron nuestro reclamo y el busto ignominioso por ahora no
ha sido colocado).
(Nota de 2006: después de una demora de años, el monumento fue
colocado entre gallos y medianoche en lugar donde pasa desapercibido, como con
vergüenza, se mantiene mal conservado y ante la indiferencia total de la
población).
(Nota de 2016: el monumento fue siendo destruido de a poco y
actualmente no existe).
Si analizamos esta tremenda ofensiva revolucionaria, vemos que hay
tres valores, tres pilares fundamentales de la civilización cristiana, que ella
quiere destruir: la
Tradición , la
Familia y la Propiedad. Así , el comunismo y los errores afines
que actúan tanto en el «mundo libre» globalizado, en el mundo musulmán, en los
mencionados países comunistas, y ahora intenta proyectarse en Iberoamérica con
máscara indigenista y nacionalista, socavan constantemente esos valores.
De esta manera la lógica, basada en la doctrina católica y en las
advertencias de Fátima, nos lleva a considerar que probablemente estamos en la
inminencia de una imposición generalizada de «los errores de Rusia» en esa
cadena monstruosa de movimientos que -siguiendo las enseñanzas del Prof. Plinio
Correa de Oliveira- llamamos «la
Revolución anticristiana» (cf. «Revolución y
Contra-Revolución»).
Si la
Revolución anticristiana, gnóstica e igualitaria, triunfa, se
cumplirán las profecías de Fátima y el castigo vendrá.
Pero ciertamente no será el fin de la humanidad pues Nuestra Señora
anunció el triunfo de su Inmaculado Corazón. Y esto nos da ánimos para seguir
luchando, hasta la victoria final del bien, hasta el renacer de la Civilización Cristiana.
Capítulo XI
Cuarta aparición de Nuestra Señora: 15 de agosto de 1917
El día 13, los niños no pudieron estar presentes en el lugar de las
apariciones: el gobierno socialista los había detenido para tratar de
arrancarles el secreto. Pero los niños, fortalecidos por la gracia, no cedieron
a las presiones.
En ese día, algunas señales anunciaron la presencia sobrenatural de
la Virgen. Se
oyó un trueno que precedió a un relámpago. Una nubecita blanca flotaba sobre la
encina. Misteriosas coloraciones se reflejaban en los rostros de los que
esperaban, en las ropas, en los árboles y en el suelo. Nuestra Señora había
venido, pero los pastorcitos no habían podido hacerlo.
El 15 de agosto los niños se encontraban en una finca de la familia
en Valinhos. A eso de las cuatro de la tarde, los cambios en la atmósfera
anunciaron su aparición: el tiempo refrescó súbitamente, el sol se oscureció y
se vio el relámpago. Nuestra Señora apareció sobre una encina algo más grande
que la de Cova de Iria.
LUCIA: “¿Qué es lo que Vuestra Merced desea de mí?”
NUESTRA SEÑORA: «Quiero que continuéis yendo a Cova de Iria en el
día 13 y que continuéis rezando el rosario todos los días. En el último mes
haré el milagro para que todos crean».
LUClA: “¿Qué es lo que Vuestra Merced quiere que se haga del dinero
que el pueblo deja en Cova de Iria?»
NUESTRA SEÑORA: “Hagan dos andas; una la llevas tú con Jacinta y
dos niñas más vestidas de blanco; la otra que la lleve Francisco con otros tres
niños. El dinero de las andas es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y
lo que sobre es para ayuda de una capilla que mandarán hacer”.
LUCIA: “Quería pedirle la
curación de algunos enfermos”.
NUESTRA SEÑORA: “Sí, algunos curaré durante el año". Y tomando
un aspecto más triste, les recomendó de nuevo la práctica de la mortificación,
diciendo, al final: «Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores,
que muchas almas se van al infierno por no haber quien se sacrifique y pida por
ellas».
Y, como de costumbre, comenzó a elevarse en dirección al este.
Los videntes cortaron ramos del árbol sobre el cual Nuestra Señora
se había aparecido y se los llevaron. Los ramos exhalaban un perfume muy suave
y particular.
Comentario
Nuestra Señora no deja de insistir en la necesidad de rezar y
ofrecer sacrificios para evitar que las almas se condenen al fuego eterno. Y
contrastando con la ligereza propia de esta época, Ella hace sentir Su tristeza
ante tanta indiferencia. Insistiendo en su afán de salvar almas, la Ssma. Virgen nos
invita a poner en práctica el consejo divino: "En todas tus acciones
acuérdate de tus postrimerías (nota: muerte, juicio, cielo, infierno) y nunca
jamás pecarás" (Eccles., VII, 40, apud Catecismo Romano, II, Cap. VI).
Capítulo XII
Quinta aparición de Nuestra Señora: 13 de septiembre de 1917
Había en los alrededores entre quince y veinte mil personas. Como
de costumbre, fenómenos atmosféricos comenzaron a hacerse notar. Al calor de la
tarde sucedió un repentino fresco; el sol empalideció tanto que se veían las
estrellas. Una maravillosa lluvia semejante a pétalos o a copos de nieve, con
los colores del arco iris, caía graciosamente y se deshacía antes de tocar la
tierra.
Los niños vieron el habitual relámpago y, enseguida, a Nuestra
Señora sobre la encina:
NUESTRA SEÑORA: «Continuad rezando el rosario para alcanzar el fin
de la guerra. En octubre vendrá también Nuestro Señor, Nuestra Señora de los
Dolores y del Carmen, San José con el Niño Jesús, para bendecir al mundo. Dios
está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda,
llevadla sólo durante el día».
LUCIA: “Me han pedido que le pida muchas cosas: la curación de
algunos enfermos, de un sordomudo”.
NUESTRA SENORA: «Sí, curaré algunos, a otros no. En octubre haré un
milagro para que todos crean». Y comenzando a elevarse, desapareció como de
costumbre.
Comentario
Insistencia
de la Virgen
sobre el Rosario
Otra santa insistencia de Nuestra Señora: rezar el rosario “para
alcanzar el fin de la guerra”. Notable prueba de lo que es capaz de obtener
esta oración (Ver también al respecto Cap. XVII).
¿Por qué es tan poderoso el Rosario? Pues contiene los misterios de
la Vida , Pasión,
Muerte y Resurrección de Nuestro Señor y los correlativos de su Santa Madre y
co-Redentora, misterios de nuestra salvación. Dios es el autor de las oraciones
que contiene. Está al alcance de todos los fieles. Por eso, después del Santo
Sacrificio de la Misa ,
es la oración más importante de la
Iglesia (cf. San Luis María Grignion de Montfort).
El
ambiente de la Reina
del Cielo
En esta época que sobreestima el “show”, el ruido y la cantidad, en
la que son características las multitudes masificadas de estadios y
«sambódromos», es interesante destacar el ambiente propio de las apariciones.
Niñas vestidas de blanco llevando andas, varones haciéndolo por separado, todo
respirando el encanto del orden, la dignidad, el buen gusto, la pureza, la
inocencia, el recogimiento, la oración y el sacrificio. Y, cuando se presenta
el adversario -en este caso, las autoridades socialistas-, firmeza
inquebrantable.
Es propiamente el ambiente católico -tan distinto del que se
respira en el neopaganismo contemporáneo- recibiendo la bendición de una
llovizna de pétalos o copos de nieve con los colores del arco iris,
simbolizando los tesoros divinos de que dispone en abundancia infinita la Reina del Cielo y de la
tierra. ¿Cuántas cosas nos daría Ella si este fuera el ambiente de la sociedad
actual? ¿No será que el ambiente tan distinto que nos rodea, con la televisión
prendida el día entero introduciendo en el recinto sagrado de la familia la
vulgaridad. el ateísmo práctico y la inmoralidad más cínica y avasalladora
expulsa a Dios de la sociedad? ¿Y adónde ira a parar ésta sin la protección de
Dios?
“Nisi Dominus
aedificaverit domum,
In vanum laboraberunt
qui aedificant eam.
Nisi Dominus
custodierit civitatem,
Frustra vigilat qui
custodit eam”
("Si Dios no edifica la casa,
En vano se han puesto a trabajar los que la edifican,
Si Dios no cuida la ciudad,
Inútilmente se desvela el que la cuida")
(«Ofïcio Parvo de Ntra. Sra», Salmo 126).
Capítulo
XIII
Sexta y última aparición: 13 de octubre de 1917
Se vio nuevamente el reflejo de una luz, y enseguida, a Nuestra
Señora sobre la encina:
LUCIA: «¿Qué es lo que Vuestra Merced quiere de mí?»
NUESTRA SEÑORA: «Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi
honra, que soy la Señora
del Rosario, que continuéis siempre rezando el rosario todos los días. La
guerra va a acabar y los militares volverán pronto a sus casas».
LUCIA: «Yo tenía muchas cosas para pedirle. Si curaba a unos enfermos
y si convertía unos pecadores...»
NUESTRA SEÑORA: «A unos sí, a otros no. Es preciso que se
enmienden, que pidan perdón de sus pecados». Y tomando un aspecto más triste:
«No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido».
Las grandiosas visiones finales – Nuestra Señora del Carmen coronada Reina del Cielo y
de la Tierra ,
con el Niño Dios en los brazos
Enseguida, abriendo las manos, la Santísima Virgen
las hizo reflejar en el sol, y en cuanto se elevaba, continuaba el reflejo de
su propia luz proyectándose en el sol.
En ese momento, Lucía exclamó: «¡Miren hacia el sol!»
Nuestra Señora había desaparecido en la inmensidad del firmamento.
Entonces se desarrollaron sucesivamente varias escenas, representando los
misterios gozosos del rosario, después los dolorosos y luego los gloriosos.
Aparecieron, al lado del sol, San José con el Niño Jesús y Nuestra
Señora del Rosario, la
Sagrada Familia. La
Virgen estaba vestida de blanco, con un manto azul. San José
bendijo a la multitud, haciendo tres veces la señal de la cruz. El Niño Jesús
hizo lo mismo.
Siguió la visión de Nuestra Señora de los Dolores y de Nuestro
Señor agobiado de dolor en el camino del Calvario. Nuestro Señor hizo la señal
de la cruz para bendecir al pueblo. Nuestra Señora no tenia espada en el pecho.
Finalmente apareció, en una visión gloriosa, Nuestra Señora del
Carmen, coronada Reina del Cielo y de la Tierra , con el Niño Jesús en los brazos.
El
milagro del sol
Mientras que estas escenas se desarrollaban ante los ojos de los
videntes, la gran multitud de 60 mil espectadores asistía al milagro del sol.
Había llovido durante toda la aparición. Al terminar el diálogo de
Lucía con Nuestra Señora, en el momento en que la Santísima Virgen
se elevaba y Lucía gritaba «¡miren hacia el sol!», las nubes se entreabrieron,
dejando ver el sol como un inmenso disco de plata.
Brillaba con una intensidad nunca vista, pero no cegaba a quienes
lo veían. Esto duró apenas un instante. La inmensa bola de fuego comenzó como a
"bailar”. Como una gigantesca rueda de fuego, el sol giraba rápidamente.
En cierto momento paró, para enseguida volver a girar vertiginosamente sobre sí
mismo. Después sus bordes se pusieron color escarlata y se deslizó en el cielo
como un remolino, del que salían llamas rojas. Esa luz se reflejaba en el
suelo, en los árboles, en los arbustos, en los propios rostros de las personas
y en las ropas, tomando tonalidades brillantes y de diferentes colores.
Animado tres veces de un movimiento loco, el globo de fuego pareció
temblar, sacudirse y precipitarse en zig-zag sobre la multitud aterrorizada.
Toda esta escena duró unos diez minutos. Finalmente, el sol volvió
en zig-zag hasta el punto desde donde se había precipitado, quedando de nuevo
tranquilo y brillante, con el mismo fulgor de todos los días.
El ciclo de las apariciones había terminado.
Muchas personas vieron que sus ropas, empapadas por la lluvia, se
habían secado.
El milagro del sol fue observado también por numerosos testigos
situados fuera del lugar de las apariciones, hasta una distancia de 40 kilómetros .
Comentario
Este prodigio del sol, unido a las visiones grandiosas concedidas a
los tres pastorcitos, constituye uno de los milagros más portentosos de la
historia de la humanidad. Nuestra Señora quiso sellar sus apariciones con un
final de una grandeza que evoca los grandes episodios de la Historia Sagrada.
Este final nos habla de la importancia suprema del Mensaje de
Fátima, de los misterios del Rosario, del poder infinito de Dios, dado a
Nuestra Señora en cuanto Reina de todo lo creado. Nos habla de acontecimientos
enormes, que marcarán a fondo la historia por siglos y siglos.
El sol pareció precipitarse sobre la multitud, corno preanunciando
lo que puede ocurrir durante el gran castigo anunciado en el secreto, pero en
las visiones dadas ese día a los niños, los cielos se abrieron y las trompetas
de los Angeles aclamaron el triunfo del Inmaculado Corazón de María. Es
legítimo imaginar lo que será la restauración y renovación de la Civilización Cristiana ,
iluminada por el sol del Inmaculado Corazón de María.
Un aspecto muy interesante es la visión de la coronación de Nuestra
Señora del Carmen como Reina y Señora de todo lo Creado. Pues la Orden del Carmelo en la que
profesó la Hna. Lucía
tiene como fundador al Profeta Elías, varón llamado a luchar contra la
apostasía del pueblo elegido, que exterminó victoriosamente a los sacerdotes
del infame culto a Baal -prefigura de las abominaciones modernas-; el hombre
que, como revelan las Sagradas Escrituras, fue arrebatado en un carro de fuego,
a quien Dios conserva en algún lugar misterioso para sostener la fe de los
fieles en los momentos de grandes probaciones y enfrentar finalmente al
Anticristo.
Las profecías de Fátima abren así panoramas nuevos para la historia
del mundo y de la
Iglesia. Hablan de pecados, de lucha y de castigos y anuncian
el triunfo del Inmaculado Corazón de María:
«Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará».
Capítulo XIV
Vimos, al referir la 3ª aparición de Fátima, que Nuestra Señora
confió a Lucía un secreto, que consta de tres partes. Las dos primeras -la
visión del infierno (1a), y la visión del castigo y de los medios de evitarlo
(2a)- fueron dadas a conocer por la Hermana Lucía en 1941 (ver capítulos IX y X).
Luego de muchos años de espera, la Santa Sede dio a
conocer el siguiente texto, sobre la 3ª parte del Secreto.
“J.M.J.
Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva de lria - Fátima.
Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de
Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiría y de la Santísima Madre
vuestra y mía.
Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado
izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Angel con una espada de
fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a
incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra
Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Angel señalando la
tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia,
Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: «algo semejante a como
se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él»; a un Obispo vestido de
blanco: «hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre». También a
otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada,
en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de
alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una
gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante,
apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que
encontraba por el camino: llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a
los pies de la gran Cruz, fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon
varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras
otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas
seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos
brazos de la Cruz
había dos Angeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las
cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se
acercaban a Dios. (Tuy, 3-1 -1944)».
(Nota de la ed. 2001: noticias publicadas en Roma hablan de una
carta que la Hermana
Lucía habría dirigido recientemente al Santo Padre,
pidiéndole la revelación urgente de la totalidad de la 3ª Parte del Secreto: "Según algunas
fuentes vaticanas, en la carta la monja de Coimbra habría pedido al Santo Padre
que revele enteramente el texto del III secreto de Fátima publicado
recientemente y, según algunos, difundido de manera incompleta"; la carta
le habría sido entregada a S. S. Juan Pablo II por el Obispo de Fátima, Mons.
Serafim Ferreira de Sousa, presente en Roma para el Sínodo de Obispos; "Il
Tempo'', 25 de octubre de 2001; la noticia fue reiterada en la edición del día
siguiente, 26, con la confirmación de Don Luigi Bianchi, especialista en la
cuestión de Fátima).
Comentario
Salta a la vista la dificultad de comentar un texto de esta
naturaleza. Pero una vez que la
Santa Sede lo ha dado a conocer, es legítimo tratar de
reflexionar al respecto, sujetos a las enseñanzas de la autoridad eclesiástica.
La visión de la ciudad semi-derruida, llena de cadáveres, ¿será la imagen del
mundo después del castigo sobre el cual advirtió gravemente la Reina del Cielo, como se vio
en la 3a. aparición? La visión del Santo Padre, Obispos, religiosos y fieles
martirizados ¿representará la purificación de la Iglesia como parte de ese
castigo reparador y salvífico?
Que Nuestra Señora, Sede de la Sabiduría y Madre del Buen Consejo, conceda luces
especiales a la Iglesia
docente -los sagrados pastores- y a la Iglesia discente -los fieles- para ser iluminados
por el Mensaje de Fátima.
Capítulo XV.
Algunas visiones particulares de la Beata Jacinta
En el corto lapso de tiempo en que los Beatos Francisco y Jacinta
permanecieron en la tierra, a partir de las apariciones, ambos, especialmente
Jacinta, tuvieron varias visiones. Presentamos algunas de esta Beata.
El
Santo Padre perseguido
«Vi al Santo Padre en una casa muy grande, de rodillas delante de
una mesa, con las manos en la cara llorando; fuera de la casa había mucha gente
y unos le tiraban piedras, otros lo maldecían y le decían muchas palabras feas.
¡Pobrecito el Santo Padre! ¡Tenemos que pedir mucho por él!».
Hambre,
sufrimientos, oración
«¿No ves tantas carreteras, tantos caminos y campos llenos de gente
llorando, con hambre, y sin tener nada para comer? ¿Y al Santo Padre en una
iglesia delante del Inmaculado Corazón de María rezando? ¿Y no ves a mucha
gente rezando con él?»
Cómo
Jacinta vio la guerra
Lucía: «Jacinta, ¿en qué piensas?
En la guerra que va a venir. ¡Va a morir tanta gente! ¡Y casi toda
va a ir al infierno! Serán arrasadas muchas casas y matarán a muchos
sacerdotes. Mira, yo voy al cielo, y tú, cuando veas de noche esa luz que
aquella Señora dijo que vendría antes, huye hacia allí también».
Comentario
No debemos sentirnos aterrados ante estas visiones trágicas. Dios
permite que las conozcamos para nuestro bien, para comprender la gravedad del
pecado y el carácter purificador y penitencial del castigo, para rezar y
convertirnos y así evitar las causas de esos terribles males.
Ultimas visiones de Jacinta
Me falta poco para ir al Cielo
Estando Jacinta y Francisco enfermos, Lucía los visitaba y
conversaban sobre los acontecimientos que habían vivido.
“Ya me falta poco para ir al cielo. Tú te quedas aquí para decir
que Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de
María. Cuando haya que decir eso, no te escondas.
Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del
Corazón Inmaculado de María; que se las pidan a Ella, que el Corazón de Jesús
quiere que a su lado se venere el Corazón Inmaculado de Maria. Que pidan la paz
al Inmaculado Corazón de María, que Dios se la entregó a Ella. ¡Si pudiera
meter en el corazón de todo el mundo la lumbre que tengo aquí dentro del pecho
quemándome y haciéndome gustar tanto del Corazón de Jesús y del Corazón de
María!”
Continúan
cometiendo los mismos pecados
“Oye, ¿sabes una cosa? Nuestro Señor está triste porque Nuestra
Señora nos dijo que no le ofendan más, que ya estaba muy ofendido, y nadie hace
caso, continúan cometiendo los mismos pecados”.
A finales de diciembre de 1919, Nuestra Señora se apareció
nuevamente a la Beata
Jacinta , que relató así el hecho a su prima Lucía: «Me dijo
que me voy a Lisboa a otro hospital; que no te vuelvo a ver, ni a mis padres
tampoco. Que después de sufrir mucho moriré sola. Pero que no tenga miedo, que
Ella me irá a buscar para ir al cielo».
Comentario
Enternece ver a este ser tan pequeño y frágil sufriendo tan
duramente. Encomendémonos a la
Beata Jacinta para obtener su fortaleza, su firmeza y su
confianza en Nuestra Señora cuando el peso de la cruz o de la tentación nos
haga vacilar, muy especialmente si nos toca vivir los acontecimientos previstos
en Fátima, y apoyados por la gracia, que Dios nunca niega, saldremos
triunfantes de todas las pruebas, combatiremos -como San Pablo- el buen combate
y, por misericordia de la
Santísima Virgen recibiremos el premio del Cielo, aquel que,
dice el Apóstol, “ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el corazón del hombre
comprendió lo que Dios tiene preparado a quienes lo aman” (I Cor., 2, 9).
¿Quién te enseñó tantas cosas?
Notas tomadas por la
Madre María de la Purificación Godinho ,
de las últimas palabras de Jacinta. Reproducimos algunas de ellas, notables por
su carácter profético, su unción piadosa y sus enseñanzas.
Sobre
la guerra
“Las guerras no son sino castigos por los pecados del mundo.
Nuestra Señora ya no puede sostener el brazo de su amado Hijo sobre el mundo.
“Es preciso hacer penitencia. Si la gente se enmienda, Nuestro
Señor todavía perdonará al mundo; pero si no se enmienda, vendrá el castigo.
“Nuestro Señor está profundamente indignado con los pecados y
crímenes que se cometen aquí en Portugal. Por eso, un terrible cataclismo de
orden social amenaza a nuestro país, y principalmente a la ciudad de Lisboa. Se
desencadenará, según parece, una guerra civil de carácter anarquista o
comunista, acompañada de saqueos, asesinatos, incendios y devastaciones de toda
especie. La capital se convertirá en una verdadera imagen del infierno. Cuando la Divina Justicia
ofendida inflija tan pavoroso castigo, todos aquellos que puedan huyan de esa
ciudad. Este castigo ahora predicho conviene que sea anunciado poco a poco y
con la debida discreción”.
“Si los hombres no se enmiendan. Nuestra Señora enviará al mundo un
castigo como no se vio igual y, antes que a otros países, a España”.
Sobre
los sacerdotes y los gobernantes
«Madrina mía, ¡pida mucho por los pecadores!
¡Pida mucho por los sacerdotes! ¡Pida mucho por los religiosos!
¡Los sacerdotes sólo deberían ocuparse de las cosas de la Iglesia ! ¡Los sacerdotes
deben ser puros, muy puros!
La desobediencia de los sacerdotes y de los religiosos a sus
superiores y al Santo Padre ofende mucho a Nuestro Señor:
Madrina mía, ¡pida mucho por los gobiernos!
¡Ay de los que persiguen a la Religión de Nuestro Señor!
Si el gobierno dejase en paz a la Iglesia y diese libertad a
la Santa Religión ,
sería bendecido por Dios”.
Sobre
el pecado – Modas que ofenderán mucho a Dios
“Los pecados que llevan más almas al infierno son los pecados de la
carne. Han de venir modas que ofenderán mucho a Nuestro Señor.
Las personas que sirven a Dios no deben andar con la moda. La Iglesia no tiene modas.
Nuestro Señor es siempre el mismo. Los pecados del mundo son muy grandes.
Si los hombres supiesen lo que es la eternidad, harían todo para
cambiar de vida.
Los hombres se pierden porque no piensan en la muerte de Nuestro
Señor y no hacen penitencia.
Muchos matrimonios no son buenos, no agradan a Nuestro Señor y no
son de Dios”.
Sobre
las virtudes cristianas y el respeto dentro de la Iglesia
Dirigiéndose a la religiosa, Madre Godinho:
“Madrina mía, no ande en medio del lujo: huya de las riquezas. Sea
muy amiga de la santa pobreza y del silencio. Tenga mucha caridad, incluso con
quien es malo.
No hable mal de nadie y huya de quien habla mal.
Tenga mucha paciencia, porque la paciencia nos lleva al cielo.
La mortificación y los sacrificios agradan mucho a Nuestro Señor.
La confesión es un sacramento de misericordia. Por eso, es preciso
aproximarse al confesionario con confianza y alegría. Sin confesión, no hay
salvación.
Para ser religiosa es preciso ser muy pura de alma y de cuerpo”.
-“¿Y sabes tú lo que quiere decir ser pura?”, pregunta la Madre Godinho.
-“Sí, lo sé. Ser pura en el cuerpo es guardar la castidad, y ser
pura en el alma es no cometer pecados; no mirar hacia donde no se debe, no
robar, no mentir nunca, decir siempre la verdad, aunque nos cueste... Quien no
cumple las promesas que hace a Nuestra Señora nunca tendrá felicidad en sus
cosas.
Los médicos no tienen luz para curar a sus enfermos, porque no
tienen amor de Dios”.
-“¿Quien te enseñó tantas cosas?” le pregunta en otra ocasión la Madre Godinho.
-“Fue Nuestra Señora, pero algunas las pienso yo. Me gusta mucho
pensar”. Notando que muchas visitas hablaban y se reían en la capilla, Jacinta
le pidió a la Madre
Godinho que les advierta que eso constituía una falta de
respeto hacia la
Presencia Real de Nuestro Señor. Como esto no dio resultado,
le pidió que se lo comunique al Cardenal: “Nuestra Señora no quiere que la
gente hable en la Iglesia ”.
Ultimos
días de Jacinta
Durante su corta permanencia en el hospital, Jacinta fue favorecida
por Nuestra Señora, quien le anunció el día y hora en que habría de morir.
Cuatro días antes de llevársela al Cielo, la Santísima Virgen
le quitó todos los dolores.
En las vísperas de su muerte, alguien le preguntó si quería ver a
su madre. Jacinta respondió:
“Mi familia durará poco tiempo y en breve se encontrará en el
cielo... Nuestra Señora se aparecerá otra vez, pero no a mí, porque con certeza
muero, como Ella me dijo...”.
Nuestra Señora vino a buscar a Jacinta el 20 de febrero de 1920.
Francisco había entregado su alma a Dios el 4 de abril del año anterior. Sus
sagrados restos descansan en la
Basílica de Fátima.
Los dos pequeños hermanos fueron declarados Beatos por S.S. Juan
Pablo II el 13 de mayo de 2000. Recurramos a su intercesión para alcanzar la
gracia de tener una sacral intimidad con Nuestra Señora, que Ella opere en
nuestras almas y que venga pronto el reinado de su Inmaculado Corazón prometido
por Nuestra Señora en Fátima.
Capítulo
XVI - La misión de la
Hermana Lucía
Vimos que Nuestra Señora le dijo a Lucía: “Jesús quiere servirse de
ti para hacerme conocer y amar. El quiere establecer en el mundo la devoción a
mi Inmaculado Corazón”.
Estas palabras indican claramente que Lucía, además de ser la
depositaria de los secretos revelados por Nuestra Señora, se quedaba en esta
tierra para desempeñar una misión.
Otro punto importante es recordar que, en su primera aparición,
Nuestra Señora anunció: “Y volveré aquí una séptima vez”. Deberá, por lo tanto,
producirse una séptima aparición de la Santísima Virgen
en Cova da Iría, y es razonable suponer que -si esta aparición no ocurrió en
secreto- la Hna. Lucía
puede ser nuevamente la confidente de Nuestra Señora. Esta séptima aparición
pendiente, es una de las grandes expectativas del panorama de Fátima.
En cuanto a Lucía, después de estar en el ambiente religioso y
entrar como postulante en el convento de Santa Dorotea en Tuy, Galicia, en 1925, el 31 de mayo de 1949
profesó como carmelita descalza. Actualmente, a la edad de 94 años, vive en el
Carmelo de Coimbra (*).
(*) Nota de 2006:
En esa oportunidad hicimos el siguiente comentario a nuestros
amigos del grupo de internet Isabel de Hispanoamérica:
“A nadie se le
escapa que Portugal, nación hermana de España, con quien, como suele ocurrir
entre hermanas, ha habido muchos conflictos... es una nación clave en Europa. Y
siendo Europa un continente clave por haber sido la madre de la Cristiandad occidental
y ser la Sede
del Papado, esa pequeña nación es, a un título muy precioso, una nación clave
en el mundo.
Ese título
precioso es haber sido la nación escogida para el mensaje de Fátima, por el que
la Ssma. Virgen
mostró el descarrilamiento del mundo actual y lo que ocurrirá si no vuelve
atrás -retroceso en las malas costumbres que parece cada día menos probable. Y
también objeto de la profecía de la
Virgen de que allí se conservará el dogma de la Fe.
El mensaje de
Fátima contiene una severa advertencia... y también la afirmación absoluta de
un cambio profundo que se dará en la sociedad, en algún momento no precisado,
cuando se cumpla la luminosa promesa de la Madre de Dios:
"Por fin
mi Inmaculado Corazón triunfará".
***
Murió la Hna. Lucía , con casi
100 años. Muchos detalles de su vida quizás vengan a ser conocidos con el
tiempo. Pero quería informarles de algo que no tuvo la difusión necesaria. La Hna. Lucía compuso
oraciones especiales para las elecciones en Portugal, que tendrán lugar mañana,
domingo 20 de febrero.
Los sondeos
anuncian un triunfo resonante del socialismo. Si se diera, dos de las naciones
más cristianas, más representativas, con mayor pasado histórico de la Cristiandad , estarán
en manos de gobernantes enemigos de ese ideal, partidarios del aborto, el
"""casamiento""" homosexual y la
descristianización.
La oración de la Hna. Lucía muestra que
estaba muy preocupada con el futuro de Portugal. Está circulando, difundida por
los católicos, especialmente por laicos, según tengo entendido.
Finalmente,
comento que existen visiones de la Beata Jacinta , que se refieren a pecados
graves que se cometerán en Portugal y que darán lugar a una revolución
comunista, acompañada de un cataclismo social, en el que Lisboa se
convertirá "en una verdadera imagen del infierno", según sus
palabras.
Más abajo, va
el texto de las oraciones.
Cordialmente,
Luis Mesquita
Oração que a Irmã Lúcia
pede que se reze insistentemente neste momento nacional.
Ó Maria concebida sem
pecado, olhai para Portugal, rogai por Portugal e salvai Portugal. Quanto mais
culpado ele é, mais necessidade tem de vossa intercessão. Uma palavra dita por
Vós a Jesus e Portugal será salvo. Ó Jesus obediente a Maria, perdoai-nos e
salvai Portugal.
[Ave Maria]”).
Revelaciones
posteriores a 1917 – Los cinco primeros sábados
En el secreto de la aparición de julio, Nuestra Señora había dicho:
“Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión
reparadora de los primeros sábados”.
El 10 de diciembre de 1925, Nuestra Señora se le apareció a Lucía
en su celda, en la Casa
de las Doroteas en Pontevedra. A su lado estaba el Niño Jesús, sobre una nube
luminosa. Poniéndole una de sus manos en el hombro, le mostró un corazón
rodeado de espinas que tenía en la otra mano. El Niño Jesús, señalándolo,
exhortó a la vidente con las siguientes palabras: “Ten pena del Corazón de tu
Santísima Madre, que está rodeado con las espinas que los hombres ingratos
constantemente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para
quitárselas”.
El 15 de febrero de 1926, el Niño Jesús vuelve a aparecerse a la Hna. Lucía en
Pontevedra, preguntándole si ya había divulgado la devoción a su Santísima
Madre. La vidente le cuenta las dificultades presentadas por su confesor, y le explica que la superiora estaba dispuesta a
propagarla, pero que aquel sacerdote había dicho que la madre nada podía por sí
sola. Jesús respondió: «Es verdad que tu superiora sola nada puede, pero con mi
gracia lo puede todo».
La divulgación de los secretos
El 17 de diciembre
de 1927, ante una consulta de la
Hna. Lucía , Nuestro Señor le ordenó: «Hija mía, escribe lo que
te piden; y todo lo que te reveló la Santísima. Virgen
en la aparición en que te habló de esta devoción (al Inmaculado Corazón de
María) escríbelo también. En cuanto al resto del secreto, continúa en
silencio». Tras la orden recibida, la Hna. Lucía reveló lo sucedido en la aparición de
junio. En 1941, cuando el Obispo de Leiría le ordenó recordar todo lo que
interese para la vida de Jacinta, la vidente obtuvo licencia del cielo para
revelar las dos primeras partes del secreto recibido en la 3a. aparición.
Estas son sus
palabras:
«El secreto consta
de tres cosas distintas, dos de las cuáles voy a revelar.
La primera fue,
pues, la visión del infierno», y sigue la narración de las dos partes del
secreto conforme las hemos reproducido en la aparición de julio.
En cuanto a la
tercera parte del secreto, la vidente la escribió entre el 2 y el 9 de enero de
1944 en forma de carta, enviándola al Obispo de Leiría.
Este documento, en
principio, no debía hacerse público hasta 1960, aunque el Obispo de Leiría
podría haberlo revelado, si hubiese querido. El Obispo a su vez lo envió a la Nunciatura Apostólica
en Lisboa. De allí el nuncio lo llevó al Vaticano, donde llegó el 16 de abril
de 1957.
Cuarenta y tres
años después, la Santa Sede
dio a conocer el texto que publicamos en el capítulo XIV, cuyo título es
«Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima».
La consagración de Rusia al Inmaculado
Corazón de María
El 13 de junio de
1929, Sor Lucía tuvo una visión durante la cual Nuestra Señora le comunicó que
«había llegado el momento de participar a la Santa Iglesia su deseo
de la consagración de Rusia y la promesa de su conversión».
En esa visión, que
representaba el misterio de la Ssma. Trinidad , «se veía un cáliz y una Hostia
grande sobre la cual caían gotas de sangre que corrían por las mejillas del
crucificado y de una herida que tenia en el pecho».
«Resbalando por la Hostia -escribe Lucía- esas
gotas caían dentro del cáliz. Debajo del brazo derecho de la cruz estaba
Nuestra Señora... de Fátima con su Inmaculado Corazón en la mano izquierda, sin
espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas...» Debajo de la cruz
unas letras grandes, como si fuesen de agua cristalina que vertía sobre el
altar, formaban estas palabras: “Gracia v Misericordia”.
«Comprendí que me
estaba siendo mostrado el misterio de la Santísima Trinidad
y recibí luces sobre este misterio que no me es permitido revelar.
«Después me dijo
Nuestra Señora: Ha llegado el momento en que Dios pide que el Santo Padre haga,
en unión con todos los obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado
Corazón, prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas que la justicia
de Dios condena por los pecados cometidos contra mí, que vengo a pedir
reparación: sacrifícate por esta intención y reza».
En 1930, Nuestro
Señor instó a Lucía a pedir al Santo Padre que aprobase la devoción de la
comunión reparadora de los primeros sábados.
«Si no me engaño,
el buen Dios promete terminar la persecución en Rusia si el Santo Padre se
digna hacer, v mandar que lo hagan igualmente los obispos del mundo católico,
un solemne y público acto de reparación y consagración de Rusia a los
Santísimos Corazones de Jesús y María, prometiendo su Santidad, a cambio por el
fin de esta persecución, aprobar y recomendar la práctica de la ya indicada
devoción reparadora».
Más tarde, Nuestro
Señor se quejó a la Hna.
Lucía de que la consagración de Rusia no había sido hecha:
«No quisieron atender mi pedido. Como el rey de Francia, se arrepentirán y la
harán después. Pero será tarde. Rusia habrá extendido ya sus errores por el
mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia ; el Santo Padre
tendrá mucho que sufrir».
El 21 de enero de
1935, Lucía declaró que «Nuestro Señor estaba descontento porque no se
realizaba lo que pedía».
El 18 de mayo de 1936,
Sor Lucía escribió: «Me parece que si el Santo Padre la hiciese ahora (a la
consagración de Rusia), Nuestro Señor la aceptaría y cumpliría su promesa y,
sin duda, sería un gusto el que daría a Nuestro Señor y al Inmaculado Corazón
de María.
«Interiormente he
hablado a Nuestro Señor del asunto; y hace poco le preguntaba por qué no
convertía a Rusia sin que Su Santidad hiciese esta consagración.
[27]
-Porque quiero que
toda mi Iglesia reconozca esa consagración como un triunfo del lnmaculado
Corazón de María, para después extender su culto y poner, al lado de la de mi
Corazón Divino, la devoción de este Inmaculado Corazón. Pero, Dios mío, el
Santo Padre no me creerá si Vos mismo no le movéis con una inspiración
especial. -¡El Santo Padre! Reza mucho por el Santo Padre. El la hará, pero
será tarde. Sin embargo, el Inmaculado Corazón de María ha de salvar a Rusia.
Le está confiada».
El 24 de abril de
1940, la Hna. Lucía
se refiere nuevamente a la consagración de Rusia:
«El (Nuestro
Señor) si quiere, puede hacer que la causa vaya de prisa. Pero, para castigo
del mundo, dejará que vaya despacio. Su justicia, provocada por nuestros
pecados, así lo exige.
«Son muchos los
crímenes, pero, sobre todo, ahora es mucho mayor la negligencia de las almas de
quienes El esperaba fervor en su servicio. Es muy limitado el número de aquellas
con quienes El se encuentra».
Una vuelta más completa hacia El
Es muy importante
lo que Lucía dice en carta del 18 de agosto de 1940: «Nuestro buen Dios podría,
por medio de algún prodigio, mostrar claramente que es El quien lo pide; se
aprovecha de este tiempo para, con su justicia, castigar al mundo por tantos
crímenes y prepararlo para una vuelta más completa hacia El».
Comentario
El triunfo del
Inmaculado Corazón de María, anunciado en la 3a. aparición, y esta mención a
una vuelta más completa de la humanidad hacia Dios, es el Reino de María, época
de gran florecimiento de la lglesia y de la Civilización Cristiana
mostrada a varios santos desde la
Edad Media a nuestros días -en particular al gran apóstol
mariano San Luis
María Grignion de Montfort. De este tema nos ocuparemos con más detalle en este
trabajo (ver capítulo XVII).
Protección especial de Nuestra Señora
«La prueba que nos
concede -continúa Lucía en la carta del 18 de agosto de 1940- es la protección
especial del Inmaculado Corazón de María sobre Portugal, en vista de la
consagración que le hicieron».
Comentario
En virtud de la
consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, hecha por los Obispos
de ese país, Nuestra Señora dio una protección especial impidiendo que se
repita la revolución comunista que dominó a España en la década del 30. Nuestro
Señor prometió también una protección especial a
[28]
Portugal durante la
II Guerra , que sería prueba de las gracias
que concedería a otras naciones que se consagren a la Santísima Virgen.
La protección de Dios y el efecto de los
pecados
«Esa gente de que
me habla -continúa Lucía en la misma Carta- tiene razón de estar asustada. Todo
eso nos pasaría si nuestros prelados no hubiesen atendido a los pedidos de
nuestro buen Dios e implorado tan de corazón su misericordia y la protección
del lnmaculado Corazón de nuestra buena Madre del cielo. Pero en nuestra Patria
hay todavía muchos crímenes y pecados; y como ahora es la hora de la justicia
de Dios sobre el mundo, es preciso continuar orando. Por eso, me parece
necesario que se inculcase a las personas,
a la par de una gran confianza en la misericordia de nuestro buen Dios y
en la protección del lnmaculado Corazón de María, la necesidad de la oración,
acompañada del sacrificio, sobre todo de aquel que es necesario hacer para
evitar el pecado».
Comentario
En otras palabras,
no se debe abusar de la bondad de Dios ni se debe creer que la oración basta
cuando se sigue ofendiéndolo con los pecados. Esta es la raíz de todo el mal;
si no se ataca esa raíz, se está provocando la Justicia divina.
Lucía se dirige al Santo Padre
El 2 de diciembre
de 1940, la Hna. Lucía
se dirige a Pío Xll, solicitándole se digne bendecir la devoción de los
primeros sábados y extenderla por todo
el mundo:
«Si Su Santidad se
digna consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de María, con especial mención
de Rusia, y ordenar que, en unión con su Santidad y al mismo tiempo,lo hagan también
todos los obispos del mundo, abreviará los dias de tribulación con que ha
determinado castigar a las naciones por sus crímenes, por medio de la guerra,
del hambre y de varias persecuciones a a la Santa Iglesia y a su Santidad.»
E1 31 de octubre
de 1942, en radiomensaje a Portugal por ocasión de la clausura del año jubilar
de las apariciones de Fátima, Pío XII consagró la Iglesia y el género humano
al Inmaculado Corazón de María.
En 1943, la Hna. Lucía tuvo otra
revelación de Nuestro Señor que relata en carta al Padre Gonçalves, Jesuita,
del 4 de mayo de ese año:
«... tuve que manifestar...
un recado de Nuestro Señor para los señores obispos de España y otro para los
de Portugal. Dios quiera que todos oigan la voz del buen Dios. Desea que los de
España se reúnan en retiro y determinen una reforma del pueblo, clero y órdenes
religiosas, ¡porque algunos conventos...! ¡y muchos miembros de otros... !
¿Entiende?
[29]
Desea que se haga
comprender a las almas que la verdadera penitencia que El ahora quiere y exige
consiste, ante todo, en el sacrificio que cada uno tiene que imponerse para
cumplir con sus propios deberes religiosos y materiales. Promete el próximo fin
de la guerra, en atención al acto que se dignó hacer Su Santidad. Pero como fue
incompleto, queda la conversión de Rusia para más adelante. Si los señores
obispos de España no atienden sus deseos, ella (Rusia) será una vez más el
azote con que Dios les castigará».
La carta fue leída
ante los prelados portugueses y, en España, fue dada a conocer por el heroico Cardenal
Segura en una asamblea sacerdotal en la Catedral de Sevilla.
El 7 de julio de
1952, por medio de la
Carta Apostólica Sacro Vergente Anno, Pío XII consagró los
pueblos de Rusia al Purísimo Corazón de María.
Durante el
Concilio Vaticano II, 510 arzobispos y obispos de 78 países suscribieron una
petición en la que rogaban al Vicario de Cristo que consagrara todo el mundo al
Inmaculado Corazón de Maria, y de modo especial y explicito a Rusia y a las
demás naciones dominadas por el comunismo, ordenando que, en unión con él y en
el mismo día, lo hicieran todos los obispos del orbe católico. El Papa Paulo
VI, al clausurar la III
Sesión del Concilio, el 21 de noviembre de 1964, «confió el género
humano» al Inmaculado Corazón de María, en el mismo acto en que, aplaudido de
pie por los Padres Conciliares, proclamó a Nuestra Señora Mater Ecclesiae.
El Sumo Pontífice
Juan Pablo II hizo, en 1982 y 1984, dos consagraciones del mundo al Inmaculado
Corazón de María. En ninguna de ellas Rusia fue mencionada nominalmente.
Hasta mediados de
1989, la Hna. Lucía
siempre sustentó que ninguna de las consagraciones había sido «válida», en el
sentido de atender los requisitos solicitados por Nuestra Señora. Desde
entonces, la Hna. Lucía
viene reconociendo la validez de la Consagración hecha por Su Santidad Juan Pablo II el
25 de marzo de 1984.
Este cambio de
criterio tendría relación con los enormes cambios habidos en el Este Europeo en
1989. Sobre el tema discuten los peritos en la materia. Es importante destacar
que la Hna. Lucía
deja en claro que está emitiendo su opinión particular y no una revelación
divina al respecto.
Capítulo XVII
Una opción coherente con el mensaje de
Fátima:
* Promover la devoción a Nuestra Señora y
el Santo Rosario
* Defender la Cristiandad contra
«los errores de Rusia»
[30]
* Luchar por el triunfo del lnmaculado
Corazón de María
Siendo la finalidad
de este trabajo difundir las profecías de Fátima y contribuir a que se cumplan
los pedidos de Nuestra Señora, nos parece necesario hacer hincapié en algunos
puntos esenciales.
1. La necesidad de conocer más a María
Santísima y los grandes cambios que deben producirse en el mundo
Nuestra Señora
dijo a Lucía, en su segunda aparición:
«Jesús quiere
servirse de ti para hacerme conocer y amar. El quiere establecer en el mundo la
devoción a mi Inmaculado Corazón.»
Dos siglos antes
de estas apariciones, el gran apóstol mariano y profeta San Luis María Grignion
de Montfort afirmó que Nuestra Señora «ha permanecido desconocida hasta ahora»,
es decir, «mucho menos conocida de lo que su excelencia y sus admirables
predicados exigen». («Tratado de la Verdadera Devoción
a la Santísima Virgen »,
ítem 13).
Al ser poco conocida
y amada Aquella que es el camino para llegar a Dios, el propio Dios es menos
conocido y amado de lo que debe ser. Revertir esta situación es crear las
condiciones para su triunfo, anunciado en Fátima:
«Si pues, es
cierto como lo es, que el conocimiento y reinado de Jesucristo ha de venir al
mundo, esto no será sino como consecuencia necesaria del conocimiento y del
reinado de la
Santísima Virgen María, que lo trajo al mundo la primera vez
y lo hará
triunfar la segunda» («Tratado...», ít. 13).
Debemos considerar
a Nuestra Señora no sólo como alguien a quien amamos y veneramos con toda
nuestra ternura sino como el canal misterioso, el acueducto por donde pasan las
misericordias divinas, necesario para llegar a Dios. Necesario porque Dios así
lo quiso pues El la constituyó Medianera de todas las gracias.
Las relaciones de
Ella con Dios son un altísimo misterio que San Luis María explica con magistral
sabiduría.
El santo se admira
de que Dios hecho hombre haya querido sujetarse enteramente, por nueve meses, a
esta privilegiada criatura, a quien Jesús consagró treinta años de su vida,
dedicando sólo tres al resto de los hombres.
La unión entre
Nuestro Señor y su Madre es tan grande que San Juan Eudes los considera como un
solo Corazón, el Corazón Sacratísimo de Jesús y de María, al que dedicó su
letanía «Ave Cor Sanctissimum».
Establecer en el
mundo la devoción al Inmaculado Corazón, significa que el espíritu de Nuestra
Señora, su mentalidad, su sensibilidad impregnen las almas, la sociedad y el mundo
entero.
[31]
2. El rezo del Santo Rosario para ganar
batallas por la Fe
La eficacia del
Santo Rosario para cambiar la historia quedó demostrada cuando Santo Domingo,
no pudiendo convertir a los cátaros y albigenses -obstinados enemigos de la Cristiandad- pidió un
arma espiritual a Nuestra Señora y lo recibió de manos de Ella. Sólo entonces
logró la conversión de estos temibles herejes.
La gran fiesta del
Santo Rosario fue establecida el 7 de octubre en conmemoración de la batalla de
Lepanto, en que la Armada
católica, surgida gracias a los esfuerzos del Papa San Pío V, deshizo a la de
los turcos mahometanos con evidente intervención de la Ssma Virgen , salvando
a la Cristiandad
del yugo musulmán.
Y así como tiene
fuerzas sobrenaturales para cambiar la Historia y ganar batallas por la Fe , también puede cambiar la Historia y ganar batallas
en las almas. Tengámoslo en cuenta en una época en que lo que resta de la Civilización
Cristiana corre serios peligros de sucumbir, y en que la
crisis de Fe supera a todo lo conocido en 2000 años de Cristianismo.
Vemos la
insistencia de la Virgen
en el rezo del rosario y la indiferencia de tantos a este pedido. Es la
lamentable ceguera espiritual de un mundo de poca Fe. ¿Cómo no pensar en la
revelación de la Beata
Jacinta : «En la guerra que va a venir, va a morir tanta
gente, y casi toda va a ir al
infierno!»? ¿Es lógico desterrar a Dios de la sociedad y de nuestras vidas y
esperar que nos premie con la felicidad eterna?
Si queremos
salvarnos, tenemos entre otras cosas que rezar. San Alfonso María de Ligorio, en «El Gran Medio de la Oración », dice que los textos de las Sagradas
Escrituras muestran claramente la necesidad de rezar si queremos alcanzar la
salvación eterna (ítem 2).
No sólo debemos
rezar por nuestra salvación y todas nuestras necesidades personales y
familiares, sino principalmente por la gloria de Dios y de su Madre, por todo
lo bueno, para pedir la derrota del mal y del demonio, por el florecimiento
interno y externo de la
Santa Iglesia Católica Apostólica Romana y para que la Ssma. Virgen triunfe
cuanto antes en el mundo.
Ella nos indica
que es la oración más querida por Dios -después de la Santa Misa. Por lo
tanto, no hay mejor oración para los fieles que el Rosario.
El debe ser nuestra
oración cotidiana. ¿Por qué atrae tantas bendiciones? Porque es un compendio de
la Vida , Pasión,
Muerte y Gloria de Nuestro Salvador y de su Madre Santísima.
En él meditamos
los misterios de Dios y rezamos las oraciones que El mismo creó: «la Santísima Trinidad
compuso directamente el salterio de la Santísima Virgen ,
es decir, el rosario» (cf. San Luis María Grignion de Montfort, «El Secreto
admirable del Santísimo Rosario», 6ta. Rosa). Y como regalo del Cielo, este
tesoro de gracias está al alcance de todas las personas.
Ante la
posibilidad de que nuestros defectos hagan mermar el mérito de nuestras
oraciones, el Rosario lo compensa con la repetición de muchas Avemarías, la
oración que contiene las palabras del Angel.
Tal vez no
comprendernos el Rosario porque no medimos la grandeza del Avemaría. San Luis
de Montfort nos enseña: «La salutación angélica [el Avemaría] es tan sublime y
elevada, que el. Beato Alano de la
Rupe ha creído que ninguna creatura puede comprenderla y que
solamente Jesucristo, Hijo de María, puede explicarla» (15a. rosa: "El
Avemaría -sus excelencias", en «El Secreto admirable del Ssmo. Rosario»).
A cada Avemaría
que rezamos, Nuestra Señora corresponde con gracias: «María -dice San
Buenaventura- nos saluda con la gracia siempre que la saludamos con el
avemaría» (ibid., 18a. rosa).
Algunos piensan
que es más importante leer y meditar que rezar el Rosario. Pero San Alfonso
María de Ligorío, Doctor de la
Iglesia , dice al respecto: «No niego que la lectura
espiritual y la meditación de las verdades eternas sean muy útiles para el
alma, mas San Agustín no duda en afirmar que es cosa mejor rezar que meditar, y
da la razón: Porque en la lección conocemos lo que tenemos que hacer y en la
oración alcanzamos la fuerza para cumplirlo» ( «El gran medio de la oración»,
Cap. 11, "La Oración
es mas provechosa que la buena lectura y la meditación", Ed. Paulinas, p.
83).
Todas estas
razones nos iluminan acerca de por qué la Santísima Virgen
recomienda tan especialmente el Rosario. ¿Habrá mejor aviso que el de Aquella
que es Madre del Buen Consejo v Sede de la Sabiduría ?
3. La lucha contra los “errores se Rusia”
para el triunfo de la
Cristiandad
Nuestra Señora
señaló como parte del castigo por los pecados del mundo la difusión por todas
partes de los errores de Rusia. Vivir en un país o en una sociedad dominados
por esos errores, es un castigo; pero además aceptar esos errores es un pecado
que atrae nuevos castigos.
Los «errores de
Rusia» tienen nombre: son el comunismo y su versión atenuada pero no menos
peligrosa, el socialismo. También existe una versión que trata de infiltrar los
ambientes católicos falseando el Evangelio, llamada Teología de la Liberación como
advirtió la Santa Sede
(ver “Instrucción sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación "
(Sagrada Congregación para la
Doctrina
[34]
de la Fe , Ed. Paulinas). Después del
atentado contra el World Trade Centre vemos cómo el fundamentalismo musulmán es
otra versión de esos mismos errores que da ímpetu renovado a la destrucción de
lo que resta de la Civilización
Cristiana.
Esos errores
fueron condenados vigorosamente por el Papa Pío XI. “El socialismo, ya se
considere como doctrina, ya como hecho histórico, ya como acción” (…) es
incompatible con los dogmas de la Iglesia
Católica , porque su manera de concebir la sociedad se opone
diametralmente a la verdad cristiana” (Enc. Quadragesimo Anno). Y agrega:
“nadie puede ser al mismo tiempo buen católico y socialista verdadero” (Ibíd.).
Muchas personas le
restan importancia o desconocen la gravedad de la difusión del comunismo y el
socialismo y sus versiones actuales. Al hacerlo así, se distancian de la
perspectiva que la Ssma. Virgen
reveló a la humanidad para guiarla en estos tiempos tan difíciles.
De hecho, poco se
hace para difundir las explicaciones doctrinarias y condenas reiteradas de los
Papas a estas ideas. Y la guerra psicológica revolucionaria, con la
colaboración de los medios de prensa –radio y tv en general- produce una
extraña anestesia de la opinión pública, impidiéndole conocer debidamente los
horrores del sistema comunista, pasados y presentes.
Muchos ignoran que
en Camboya, por ejemplo, los comunistas exterminaron a la cuarta parte de la
población, y que saber un idioma extranjero o hasta usar anteojos (!) era
motivo para ser sumariamente ejecutado. Muchos ignoran que el trabajo esclavo
impera en la China ,
con salarios de 20 dólares mensuales, que hay exterminio de niñas, que el
control de la natalidad produjo la falta de mujeres, que por eso son raptadas
para ser llevadas a lugares lejanos de su inmenso territorio: hay 100.000 casos
actuales reconocidos por el gobierno. Muchos ignoran que los sacerdotes
católicos, también en la China ,
son encarcelados y obligados a la compañía de mujeres inmorales al servicio de la Policía comunista, que
tratan de hacerlos pecar y traicionar su estado para que delaten las redes
subterráneas de la Iglesia Católica ,
que allí está prohibida. Hay varios Obispos encarcelados por el régimen. Muchos
ignoran que Fidel Castro es uno de los hombres más ricos del mundo, mientras el
pueblo cubano recibe tarjetas de racionamiento (siempre que no choque con el
Partido Comunista), carece de cosas esenciales y padece la tiranía de 40 años
fundada por Castro y el “Che” Guevara. “Con el pretexto de liberar a los
pobres” (!). Muchos ignoran que los bébés mueren de hambre en Corea del Norte,
mientras el gobierno se arma de costosísimos misiles para agredir a Japón y a
otros países.
Podríamos seguir
tratando de los horrores del comunismo y llenar páginas y páginas de oprobio.
Pues no sólo es intolerablemente injusto cuando llega al poder sino que es,
conforme enseñan los Papas, “intrínsecamente perverso”: malo en su esencia e
incompatible con el catolicismo.
Como dijo el Card.
Ratzinger, es “la vergüenza de nuestro tiempo”. Sin embargo, para esos sectores
anestesiados por maniobras psico-ideológicas, el comunismo terminó, o no tiene
importancia, como si no importaran los 1.400 millones de seres que sufren la
tiranía comunista en este Tercer Milenio.
Más taimado, y con
aires inofensivos, el socialismo comparte los principios fundamentales del
comunismo, pero los aplica en forma menos radical en apariencia. En lugar de
matar la víctima de un golpe, la envenena de a poco, como lo hizo el socialismo
español de Felipe González, o el francés de Mitterrand, ampliamente
representado en la Europa
actual, promoviendo el erotismo, el consumo de drogas, el aborto, atacando la Fe y la tradición de esos
pueblos, no por una persecución violenta, que despierta reacciones, sino
mediante la burla y las mentiras históricas, o creando ambientes y despertando
tendencias que destruyen el espíritu del hombre pensante, lógico y cristiano
forjado por siglos de influencia de la Iglesia.
Socialismo y
comunismo, abiertos o enquistados en otros rótulos y tendencias, son parte de
un mismo proceso histórico, que acabó con la Cristiandad medieval,
que era cristiana hasta sus raíces pues, como enseñó León XIII, en ella “la
filosofía del Evangelio gobernaba los estados”. Este proceso se desarrolló en
tres etapas o Revoluciones:
1.
La
revolución cultural del Renacimiento y la falsa Reforma Protestante;
2.
La
Revolución
Francesa ;
3.
La
Revolución
Comunista.
Ya podemos hablar
de una 4ª Revolución netamente en el campo de las costumbres, tendencias e
ideas, que se inició con el “hippismo”, y otras tendencias anárquicas, y tuvo
como uno de sus “picos” la
Revolución estudiantil de la Sorbona , en 1968, que hizo
triunfar el desorden y aún la locura en la conducta, en los trajes, en la
manera de pensar y expresarse, rompiendo con las costumbres y maneras de pensar
ordenadas y lógicas heredadas de la Civilización
Cristiana.
Como este proceso
y cómo vencerlo con la ayuda de Dios es magistralmente expuesto por el gran
pensador y hombre de acción católico Plinio Corrêa de Oliveira, verdadera y
providencial luminaria de Occidente, en su ya citada obra capital “Revolución y
Contra-Revolución”.
Para que el lector
pueda medir la importancia de esta obra, queremos transcribir las palabras del
ilustre canonista, co-fundador del Institutum Juridicum Claretianum de Roma, y
consultor de diversos Institutos vaticano, P. Anastasio Gutiérrez C.M.F.:
“Revolución y Contra-Revolución” es una obra magistral, cuyas enseñanzas
deberían
[p. 36] difundirse
hasta hacerlas penetrar en la conciencia de todos los que se sientan
verdaderamente católicos (…). En suma, me atrevería a decir que es una Obra
profética (…)”.
En ella, el
ilustre Autor muestra que esas revoluciones y las grandes crisis que sacuden al
mundo de hoy están íntimamente relacionadas entre sí, como un bosque incendiado
donde lo que ocurre con cada árbol es parte del incendio único de todo el
monte.
De ese modo, el
comunismo y el socialismo, y sus ideas y acciones afines disimuladas, no son el
punto final del proceso revolucionario, sino una etapa en ese proceso en que
los “errores de Rusia” van dando lugar a nuevos errores. Estas ideas y
tendencias erradas nacen de dos pasiones, el orgullo y la sensualidad, que
constituyen los motores de esta enorme y única Revolución, cuya meta final es nada
menos que implantar el reino del demonio.
Y ya vemos
despuntar en ciertos movimientos de rock pesado, en ciertos extremos de crimen,
en el surgimiento de sectas diabólicas, en la invasión de películas, literatura
y propaganda de toda clase y para toda edad, discreta o abiertamente
satanistas, claras tendencias a lo demoníaco que avanzan.
Estas tendencias
son la continuación y radicalización de la sensualidad pagana renacentista, de
la orgullosa rebelión protestante, del igualitarismo y la envidia de la Revolución Francesa ,
del ateísmo avasallador y la vulgaridad de la Revolución comunista
rusa, ocurrida meses después de la tercera aparición de Nuestra Señora como
trágica confirmación.
La acción
acumulada de la Revolución
en tantos frentes diferentes, políticos, artísticos, religiosos, ideológicos,
psicológicas, y tendenciales crea una situación inédita de peligro para lo que
resta de civilización cristiana en el mundo. A lo que se suma la misteriosa
ofensiva militar y psicológica del terrorismo musulmán, que da a las profecías
de Fátima una actualidad impresionante. Si Nuestra Señora alertó al mundo
contra la difusión de esos errores, es porque Ella nos está llamando a luchar
contra ellos.
No nos referimos
aquí a una lucha armada sino a ver de frente cómo esas tendencias e ideas están
descristianizando metódicamente y a fondo la sociedad. Y que, en consecuencia,
necesitamos reaccionar en nombre de Dios. Así, cada hogar católico y cada
católico, deben transformarse en un baluarte de Fe para, unidos bajo el manto
de la Virgen
de Fátima y para servirla, contrarrestar con clarividencia, rigor y método la
acción de la Revolución
anticristiana. En los términos del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, del mismo
modo en que hubo reacciones contra la Revolución , como la Contrarreforma
antiprotestante, debemos hacer hoy la Contrarrevolución.
Así como, en
Lepanto, los guerreros de Dios alcanzaron por la ayuda de Nuestra Señora la
victoria sobre el enemigo de la
Cristiandad , los hijos fieles de la Iglesia , si recurren a Ella,
si rezan con constancia el Rosario, si analizan y enfrentan seriamente a la Revolución , comenzando
desde su propia alma, desde su propio ambiente, hacia afuera, lograrán ser
verdaderos contra-revolucionarios y alcanzarán el triunfo prometido por la Virgen de Fátima.
Se cumplirán las
palabras de Santa Juana de Arco, libertadora de la Francia católica y
custodia de su tradición medieval: “los hombres combatirán y Dios dará la
victoria”.
4. El Reino de María
Cuando se piensa
en la gravedad de los castigos anunciados por Nuestra Señora, cuando se analiza
la seriedad de las cosas que están sucediendo y de los pecados que se cometen
en el mundo hoy, muchos se plantean si no estaremos próximos al fin del mundo.
Tal interrogación es, en sí, perfectamente cabible.
Si Dios destruyó
con el fuego del cielo a Sodoma y Gomorra por la entrega de esas ciudades
culpables al pecado de la homosexualidad y hoy vivimos en un mundo donde este
pecado se va haciendo cada vez más frecuente, hasta el punto en que hay varios
países que han legalizado el “casamiento homosexual”, ¿no se está provocando a la Justicia Divina a proporcionar
un castigo similar?
¿Cuántos otros
pecados graves se cometen a torrentes en el mundo actual? ¿No habló el Angel en
Fátima de las profanaciones al Santísimo Sacramento? ¿No se mata a millones de
inocentes cada año con el aborto?
Sin embargo Dios,
en su misericordia, quiso que Nuestra Señora hablara en Fátima y asegurara que,
a pesar del pecado y de su justo castigo reparador, habrá algo más y algo muy glorioso
que colma nuestras almas de esperanza y de alegría anticipada, aún en las
amarguras y tinieblas del mundo actual: el triunfo del Inmaculado Corazón de
María.
Está anunciado de
un modo expreso y taxativo, no condicional: “Por fin mi Inmaculado Corazón
triunfará”.
Cuesta imaginar
que el triunfo de la Ssma. Virgen
consista en que venga el fin del mundo. Si así fuera, Ella no habría anunciado
su triunfo ni que, después de éste, vendrá “un tiempo de paz”. Tampoco le
hubiera anunciado a Lucía “una vuelta más completa” a Dios. Su triunfo habla de
una gran entrada de Ella en las almas y en la sociedad entera.
San Luis María
Grignion de Montfort lo previó con mucha antecedencia. Citamos apenas un
pasaje: “El Altísimo con su Santísima Madre han de suscitar grandes santos, que
excederán en santidad a la mayoría de los otros santos cuanto los cedros del
Líbano exceden a los arbustos”.
“Estas grandes
almas, llenas de gracia y de celo, serán escogidas para oponerse a los enemigos
de Dios, que bramarán por todas partes. Serán singularmente devotas de María,
esclarecidas por su luz, alimentadas con su lecha, guiadas por su espíritu,
sostenidas por su brazo y guardadas bajo su protección; de tal modo que
lucharán con una mano y edificarán con la otra. Con una mano combatirán,
derribarán, aplastarán a los herejes con sus herejías, a los cismáticos con sus
cismas, a los idólatras con sus idolatrías y a los pecadores con sus
impiedades, y con la otra mano edificarán el templo del verdadero Salomón y la
mística Ciudad de Dios, es decir la Santísima
Virgen , llamada por los Santos Padres ‘el templo de Salomón’
y ‘la ciudad de Dios’. Con sus palabras y ejemplos conducirán a todo el mundo a
la verdadera devoción de María. Esto les granjeará muchos enemigos, pero
también muchas victorias y mucha gloria para solo Dios”.
(“Tratado de la Verdadera Devoción ”,
cap. I, ít. 48).
Después de
referirse a los luchadores de la
Virgen se extasía nuestro santo al contemplar el Reino de
María: “¿Cuándo llegará aquel venturoso tiempo…, cuándo llegará aquel tiempo
feliz, en que la divina María sea reconocida Señora y Soberana de todos los
corazones, para someterlos plenamente al imperio de su grande y único Jesús?
¿Cuándo las almas respirarán a María como los cuerpos respiran el aire? Cosas
maravillosas acaecerán entonces en esta tierra miserable, en que el Espíritu
Santo, encontrando a su Esposa como reproducida en las almas, vendrá a ellas
con la abundancia de sus dones y las colmará de ellos, particularmente del
donde sabiduría, para obrar maravillas de la gracia. ¿Cuándo llegará, querido
hermano, aquel siglo de María, en que las almas, escogidas y obtenidas del
Altísimo por medio de María, absorbiéndose en el abismo de su interior lleguen
a ser copias vivas de María para amar y glorificar a Jesucristo? Aquel tiempo
no llegará sino cuando se conozca y se practique la devoción que yo enseño.
Señor, para que venga a nosotros tu reino, venga el reino de María”. (“Tratado
de la Verdadera Devoción ”,
cap. VII, art. 5).
Para finalizar este trabajo queremos
transcribir las características que deberá tener la sociedad que surgirá una
vez derrotada la Revolución
anticristiana que domina el mundo, expuestas por Plinio Corrêa de Oliveira,
verdadero doctor del Reino de María: “el Orden nacido de la Contra-Revolución
deberá refulgir, más aún que el de la Edad Media , en los tres puntos capitales en que
éste fue vulnerado por la
Revolución :
+ Un profundo respeto de
los derechos de la Iglesia
y del Papado y una sacralización, en toda la extensión de lo posible, de los
valores de la vida temporal, todo por oposición al laicismo, al
interconfesionalismo, al ateísmo y al panteísmo, así como a sus respectivas
secuelas.
Un espíritu de jerarquía que marque todos los aspectos de la
sociedad y del Estado, de la cultura y de la vida, por oposición a la
metafísica igualitaria de la
Revolución.
Una diligencia en detectar y en combatir el mal en sus formas
embrionarias o veladas, en fulminarlo con execración y nota de infamia, en
punirlo con inquebrantable firmeza en todas sus manifestaciones,
particularmente en las que atenten contra la ortodoxia y la pureza de las
costumbres, todo ello por oposición a la metafísica liberal de la Revolución y a la
tendencia de ésta a dar libre curso y protección al mal”.
(“Revolución y Contra-Revolución”, II parte, cap. II).
Después de haber contemplado estas luminosas perspectivas, cerramos
estas consideraciones con un acto de confianza inquebrantable en que, pase lo
que pase, y parafraseando las bellas aclamaciones carolingias, “María vencerá,
María reinará, María imperará”.
Pues Ella anunció en Fátima que:
“por
fin mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Nota: texto actualizado en AD 2006
Revisado
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BIBLIOGRAFIA
“As apariↅoes e a Mensagem de Fátima
conforme os manuscritos da Irma Lúcia”, Antonio A. Borelli – Plinio Corrêa de
Oliveira, Ed. Vera Cruz, S. Pablo, 1986
“Revolución y Contra-Revolución”, Plinio
Corrêa de Oliveira (ed. online en blog RCR una obra clave – Ed. revisada por
Bastión del Notuarte)
Arts. sobre Fátima del Dr. Plinio Corrêa
de Oliveira en Boletín “Nobleza y élites tradicionales análogas” (ed. online)
“Memorias de Lucía, La vidente de Fátima”,
Ed. Sol de Fátima
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