Decálogo
de la
Nueva
Derecha
Argentina
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Fecha de publicación: Mayo 11, 2020
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Índice
Agradecimientos
5
Introducción
6
Sección I
- La Nueva Izquierda: el enemigo de occidente
1- El origen de
la Nueva Izquierda 7
2- El operar de
la Nueva Izquierda
8
Sección II
- La Nueva Derecha: la esperanza de occidente
1- El surgimiento
de la Nueva Derecha
12
2- Los referentes
de la Nueva Derecha
13
Sección
III - El Decálogo de la Nueva Derecha
1- Nacionalismo 16
2- Moral
Cristiana
17
3- Ciencia,
Comercio y Propiedad Privada 18
4-
Conservadurismo 18
Sección IV
- Adopción 19
Conclusión 20
Acerca del autor 21
Agradecimientos
Jamás podría haber realizado el
siguiente trabajo sí no hubiese sido por las enseñanzas filosóficas
transmitidas por mi padre Marcelo Harris, el amor incondicional de mi madre
María Victoria Brito de Harris, el acompañamiento inquebrantable de mi hermano
menor Ignacio José Harris y los consejos invaluables de mi hermano mayor
Patricio Harris.
Agradezco también a:
Alexis P. Marrocco, gran amigo y compañero de extensos debates
filosóficos desde nuestra temprana juventud. Fue él quien me impulsó a escribir
el presente ensayo.
Nicolás Márquez, por su amistad y gran inspiración hacia el estudio y el
análisis exhaustivo de la presente batalla cultural.
Gonzalo Jiménez, por sus enseñanzas teológicas y por abrirme los ojos
hacia la fé, en momentos en que el ateísmo opacaba mis verdaderos propósitos en
la vida.
Para todas las personas que no
llegue a nombrar y que me han apoyado y aportado su punto de vista, amigos y
familiares, les dedicó también mi infinito agradecimiento.
Introducción
El presente
decálogo tiene como fin poner por escrito de forma breve y consistente un
conjunto de máximas y valores que harán de piedra angular para el Renacimiento Argentino. Son principios
fundamentales para desarrollarnos en todas las áreas y hacer de la República
Argentina una potencia única y ejemplar.
El Decálogo de la Nueva Derecha Argentina
también será un faro moral para el resto de las naciones occidentales, las
cuales están sumergidas en lo profundo de una decadencia cultural orquestada
por los tentáculos ideológicos, políticos y financieros de la Nueva Izquierda.
En las primeras
dos secciones del ensayo el objetivo será contextualizar la realidad política
para comprender la urgencia que amerita la conformación de una Nueva Derecha en
Argentina que confronte el avance de la Nueva Izquierda. En la tercera sección
explicaremos las máximas del nuevo movimiento derechista, y por último, en la
cuarta sección haremos un breve comentario sobre la adopción de tales
principios.
Vale aclarar que
el objetivo de este trabajo no es explicar de fondo cada cuestión o
problemática puntual sino dar un arsenal consistente de argumentos lógicos,
filosóficos y morales sobre el trasfondo ideológico de esta batalla cultural.
Así el lector podrá entender el origen de la degeneración cultural argentina (y
de todo occidente), y asimilar los principios fundamentales para hacerle frente
al dominio de la Nueva Izquierda.
Sección I
La Nueva
Izquierda: el enemigo de occidente
1 - El origen
de la Nueva Izquierda
Durante el último
siglo, las naciones occidentales han estado sometidas, por parte de la
izquierda, a la aplicación política, económica y cultural de una revolución que se ha manifestado tanto de
forma visible como invisible.
Las guerras de
guerrillas comunistas y la Guerra Fría ya son parte del pasado. Las naciones
libres occidentales ganaron aquella pulseada geopolítica y económica pero
incredulamente creyeron que la caída del Muro de Berlín en 1989 iba a sellar el
fin del proyecto izquierdista. Recordemos que el comunismo, por medio de sus
experimentos totalitarios del siglo XX, dejó un saldo aproximado de 120
millones de víctimas fatales[1].
En Argentina hemos vivido bien de
cerca los estragos políticos y sociales durante los años 70. Ejecutando más de
21.000 atentados terroristas[2] y
dejando un tendal de más de 4000 víctimas[3], la
izquierda subversiva tuvo el objetivo operativo de destruir nuestro orden
constitucional e instaurar el “paraíso socialista” por medio de una tiranía
comunista inspirada en Cuba y la Unión Soviética. Para fortuna de todos los
argentinos, el marxismo fracasó en su intento de reforma, pero mismo hoy en día
tenemos que seguir lidiando con una caricatura ideológica de tal utopía colectivista,
ya que se encuentra bien impregnada en la partidocracia gobernante, en los
medios y en las universidades.
Durante la década
del 90, mientras occidente disfrutaba del confort de un auge económico jamás
visto hasta ese entonces, la izquierda ponía en práctica una estrategia de
reconversión para ejecutar un contraataque poco convencional hasta el momento
pero altamente efectivo: la conquista cultural. Su objetivo: destruir la tradición cristiana occidental. Para tal
fin, la izquierda necesitó de la pasividad de una derecha centrista y
acobardada, que sin lugar a dudas entregó en bandeja las tradiciones e
instituciones pilares de la cultura occidental: la educación, la familia, la fé
religiosa, las jerarquías sociales, la Justicia, entre muchas otras. Al fin y
al cabo, nosotros, los derechistas, nos dormimos en los laureles y dejamos que
un enemigo torpe y poco inteligente avance sin límites.
La izquierda
continuó con su retórica igualitarista y una metodología de lucha de clases
(propia del marxismo clásico) aplicada al ámbito de la cultura, por medio del
adoctrinamiento universitario y la captación de minorías (teoría hábilmente
elaborada por el comunista italiano Antonio Gramsci). A esta nueva corriente se
la denominó como marxismo cultural.
El antecedente
clave que constituyó el modelo transgresor de rebelión cultural callejera fue
el desastroso Mayo Francés de 1968. Algunas de sus delirantes consignas eran:
“la imaginación al poder”; “mis deseos son la realidad”; “desabrochen el cerebro
tan a menudo como la bragueta”; o “sean realistas, exijan lo imposible”. Mucho
más no vale la pena agregar a semejante grado de demencia ideológica.
Así es como
comenzó un proceso de “deconstrucción”
del hombre occidental, quitándole su identidad y sumergiendolo en la peor
de las decadencias: el relativismo moral. La izquierda se encargó de secuestrar
la razón y la fé, y de este modo obtener un campo infinito de individuos sin
ningún tipo de convicción ni propósito moral, y por consecuencia muy fáciles de
manipular.
Por medio de una
retórica pasional, romántica e hipócrita, la
izquierda colonizó el ámbito académico, mediático, empresarial y político
camuflándose en causas “nobles” que la acercaran a su última meta: un
totalitarismo global con el objetivo de aniquilar gradualmente la cultura
cristiana occidental. Así es como, entrado el siglo XXI, se consolidó el
proyecto político globalista de la Nueva Izquierda, orquestado por entidades
transnacionales de la talla de la ONU, la Organización Mundial de la Salud, el
Banco Mundial, la Unión Europea, la CNN, la International Planned Parenthood
Federation, Bill &
Melinda Gates Foundation, Open Society Foundations, Greenpeace, Amnistía
Internacional, entre muchas otras.
2 - El
operar de la Nueva Izquierda
La Nueva
Izquierda persigue destruir el poder legítimo de nuestro orden occidental
cristiano, y reemplazarlo por un poder ilegítimo que satisfaga un estado de
cosas, elementos aislados y desordenados, que jamás encontrarán un orden
congruente debido al fin utópico que anhelan.
La desintegración
de nuestra cultura es ejecutada por medio de las tendencias desordenadas propias del marxismo cultural, las cuales tienen como raíz las emociones
desenfrenadas del hombre. Estos vicios, por esencia, contraen errores ya que
anulan el análisis moral, empírico y racional, descartando por completo la
certeza en la toma de decisiones. Los errores de la ideología izquierdista
conforman un círculo vicioso, ya que a su vez generan nuevos errores, y así
sucesivamente van corrompiendo todo el sustrato cultural de la sociedad.
Lo que la Nueva
Izquierda pretende es destruir la esencia de la existencia
humana y su correspondiente orden natural dado por nuestro Padre Creador.
El objetivo progresista es sustituir tal realidad por un modelo radical y
utópico que jamás tiene en cuenta la evidencia empírica, y que está sumergido
en el divague intelectual resultante de las fantasías y deseos provenientes de
individuos conformistas y abstraídos de la realidad.
Es así como la
Nueva Izquierda defiende causas totalmente incongruentes con nuestra
naturaleza. Por ejemplo, la ideología de género, el feminismo y el lobby LGBT
pretenden devaluar el valor de las relaciones heterosexuales entre los seres
humanos, al igualarlas en jerarquía con las homosexuales; la izquierda actual
jamás pone en consideración la importancia de la procreación natural de nuestra
especie, la crianza de la prole y el desarrollo civilizado de una familia
gracias a la institución del matrimonio. Otro ejemplo, y totalmente obvio, es
el aborto o asesinato de hijos por nacer, el cual es un crimen y un atentado
directo al orden natural reproductivo humano. En cuanto a la propiedad privada,
es crucial tener en cuenta que la misma surgió como vehículo para civilizar
nuestra propensión natural al intercambio; la izquierda ignorando nuestra
naturaleza aboga por destruir (o mutilar al máximo) la propiedad privada y así
diagramar todas las relaciones humanas y comerciales bajo la utopía del
igualitarismo forzado por medio de la “justicia social” de un gobierno
socialista. Por último, y uno de los divagues más contemporáneos: la ideología
vegana, la cual atenta contra nuestra propensión natural a hacer uso y a
alimentarnos de otras especies; su utopía se basa en diagramar un mundo donde
las bestias tengan los mismos derechos que el hombre y, por consiguiente, donde
esté prohibido todo accionar humano que afecte de algún modo la vida animal.
De acuerdo a las causas que
persigue, el discurso de la Nueva
Izquierda puede cambiar en la superficie pero siempre estará caracterizado por
la corrección política[4] y
por designar como enemigo común a la cultura occidental, cristiana y
capitalista, la cual simboliza peyorativamente con la imagen del hombre blanco
de familia, creyente, patriota, trabajador y heterosexual.
El operar de la
revolución cultural izquierdista se manifiesta en dos velocidades:
Una es rápida,
tajante, transgresora y violenta. Esta forma se ocupa de elevar a lo más alto
el estandarte de una postura determinada, que puede ser considerada extremista
en un principio, pero con el tiempo pasa a ser percibida por casi toda la
población como entendible u objeto de debate. Por citar algunos ejemplos: los
movimientos callejeros, las milicias irregulares, los discursos subversivos, la
destrucción del espacio público y/o privado, entre muchos otros.
La otra velocidad
es lenta y difícil de percibir. Es la forma perfecta de adoctrinamiento y
consolidación de la idea extremista propuesta en un principio durante la etapa
transgresora. Este método se manifiesta puramente en el campo cultural, y sus
principales vehículos de propagación son: los medios masivos de comunicación,
la industria del cine y de la música, las universidades, las empresas transnacionales[5] y la
“socialdemocracia” (un socialismo light propio de una clase política de centro
que concede cualquier capricho a la Nueva Izquierda).
Ambas velocidades
de infiltración ideológica se nutren mutuamente. Una desencadena a la otra
generando un círculo vicioso de errores y nuevas causas delirantes que
justifican el continuo accionar subversivo y transgresor de la Nueva Izquierda.
Por otro lado, el nuevo hombre izquierdista adoctrinado
ya no es la “máquina de matar” propia de la revolución armada comunista (que
tanto hacía apología el sanguinario guerrillero Ernesto “Che” Guevara), sino un
hombre débil “progresista”, sin códigos ni reserva moral, adicto a la protesta
(virtual o callejera), y que se encausa en cuanto fetiche ideológico
“revolucionario” se pone de moda.
Para visualizar mejor a lo que nos
enfrentamos, es importante citar algunos ejemplos de los flagelos culturales
que la Nueva Izquierda está imponiendo hoy en día en occidente: el feminismo,
el lobby LGBT y la ideología de género[6]; el
lenguaje “inclusivo”; la promiscuidad; el aborto o, mejor dicho, el asesinato
de hijos por nacer; el control poblacional bajo una óptica malthusiana[7]; la
censura y persecución bajo el eufemismo del “crimen de odio”; la
“deconstrucción” de la familia tradicional; la destrucción de la fé cristiana;
el “multiculturalismo”[8]; la
imposicion del Islam (principalmente en Europa); la tiranía de las mayorias,
que por mandato democrático avanza sobre los derechos fundamentales de
propiedad y vida; el odio entre ricos y pobres; la “redistribución” de la
riqueza o, mejor dicho, el robo institucionalizado; el adoctrinamiento escolar
y universitario; el igualitarismo forzado por una “justicia social”; el derecho
humanismo selectivo (solo para los izquierdistas); el garanto/abolicionismo
penal; el ecologismo; el indigenismo; el veganismo; el relativismo moral,
estético y artístico; entre muchos otros.
Estos sesgos
ideológicos no quedan solo dentro de las aulas universitarias o en la agenda
mediática de turno, sino que tienen consecuencias
sociales, políticas y económicas nefastas y en muchos casos irreversibles.
He aquí algunos ejemplos de ello: la inseguridad en alza; la violencia y el
caos social, como vimos en los levantamientos subversivos en Chile a fines de
2019; los niveles de endeudamiento público y privado récord; el despilfarro de
recursos estatales; la imposición de regulaciones inútiles; los altos
impuestos; los países usurpados por inmigrantes ilegales o irregulares que no
se integran a la cultura local, como sucede hoy en día en muchas ciudades de
Europa (Oslo, Estocolmo y Bruselas son buenos ejemplos) donde la inmigración
musulmana ha sido promocionada y financiada por los poderes de la Nueva
Izquierda, para asentarse e imponer su cultura en territorio occidental[9]; la
corrupción de las tradiciones y los valores de los hombres y las mujeres
occidentales, lo que ha llevado a niveles de infelicidad y vacío espiritual muy
preocupantes (a pesar del confort material y tecnológico en el que viven).
Podemos concluir
esta sección afirmando que la Nueva Izquierda posee un componente
revolucionario (toma las calles de forma subversiva) pero a la vez es
hegemónica (tiene adentro del bolsillo a la clase política, a los medios, a los
empresarios y a todos los organismos internacionales). Es por ello que debemos
tener bien claro que la misma se disfraza de rebelión para seguir seduciendo a
las masas, pero en realidad es el status quo del siglo XXI.
Sección II
La Nueva
Derecha: la esperanza de occidente
1 - El
surgimiento de la Nueva Derecha
A medida que la
Nueva Izquierda iba avanzando en pos de hegemonizar su ideología, copando los
medios y las universidades, toda la clase gobernante centrista de occidente se
rindió y adhirió, de forma completa o parcial, a los caprichos de la agenda neomarxista.
Esta nueva política progresista y pusilánime del siglo XXI comenzó a abarcar
tanto al sector ideológico de izquierda como también a una derecha
“deconstruida” y acobardada, que suelen llamar “centro-derecha”. Con el correr
de los años, y como era de esperar, la dirigencia fue demostrando su torpeza,
hipocresía y naturaleza derrochadora de recursos económicos y humanos en la
toma de decisiones tanto a nivel nacional como internacional.
Los gobiernos
empezaron a ceder ante los reclamos izquierdistas. En principio les concedieron
el nefasto “Estado de bienestar” por medio de la tan aclamada “redistribución
de la riqueza”, castigando de forma sistemática el éxito laboral. Su ejecución
fue a base de impuestos altos y niveles récord de deuda pública y privada,
incentivando la cultura de la vagancia, la prebenda y el odio entre los
diferentes estratos sociales. Los ciudadanos se volvieron débiles,
conformistas, envidiosos e irresponsables, bien dependientes de un Estado
concededor de caprichos. Estos nuevos individuos sin identidad, rehenes del
gobernante de turno y caracterizados por la mediocridad intelectual, tomaron
como causa de vida la cultura del reclamo. Así se encargaron de consolidar por
añadidura, y de forma gradual, el resto de la agenda de la Nueva Izquierda.
Año tras año, las
sociedades occidentales fueron reinventando su rebeldía, poniendo en manifiesto
un sin fin de reclamos ideologizados y muy distantes de la evidencia empírica.
Por supuesto, los políticos centristas cedieron sin reparo alguno, y los medios
masivos y las universidades hicieron apología sin empacho de todos los divagues
izquierdistas[10].
Mientras que este
proceso de degeneración cultural iba avanzando, la derecha más conservadora,
que había sido relegada y difamada por el centrismo “bien pensante”, comenzó a
redescubrirse, perfeccionándose de forma aislada y gradual, tanto en el campo
político como filosófico.
Fue necesario un evento político
bisagra para que la Nueva Derecha comience a consolidarse: la victoria de
Donald J. Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016. Fue a
partir de ese momento que en el resto del mundo comenzó a alinearse un
pensamiento derechista, dispuesto a defender la tradición cristiana occidental
y a presentarle batalla en todos los frentes al marxismo cultural de la Nueva
Izquierda.
2 - Los
referentes de la Nueva Derecha
En Argentina, los exponentes más
importantes de la Nueva Derecha son los autores Agustín Laje y Nicolás Márquez,
quienes publicaron en el año 2016 “El Libro Negro de la Nueva Izquierda:
ideología de genero o subversión cultural”, la primera obra que desenmascara
categóricamente el avance de la última ola izquierdista. Vale aclarar que el
magistral intelecto de estos dos pensadores no solo se centró en el ámbito
literario, sino también en muchos campos de esta batalla cultural: en los
medios de comunicación, en las redes sociales y en las centenares de
conferencias (sin contar las censuras) que han dado tanto en Latinoamérica como
en EEUU y Europa. Los dos pensadores han influenciado a líderes políticos de la
Nueva Derecha, como son el presidente brasileño Jair Bolsonaro y el líder de
VOX en España Santiago Abascal.
Márquez y Laje
han conformado y puesto en práctica el estereotipo perfecto de lo que podríamos
denominar como el cruzado de la Nueva
Derecha. Sus formas son confrontativas y políticamente incorrectas,
distando mucho de la pusilanimidad pasiva propia de la centro-derecha “bien
pensante”. El cruzado en esta batalla cultural no repara en humillar al
contrincante izquierdista, utilizando un arsenal argumentativo basado en el
pensamiento lógico, la evidencia empírica y la honestidad intelectual.
A nivel internacional, no nos
podemos olvidar del gran aporte del pensador brasileño Plinio Corrêa de Oliveira en su obra “Revolución y
Contrarrevolución”, publicada en 1961. Si bien él no llegó a presenciar el
avance cultural de la Nueva Izquierda en el siglo XXI, el autor se ocupó de
describir y denunciar magistralmente la destrucción cultural llevada a cabo por
la izquierda revolucionaria clásica, pasando por el igualitarismo y la
eliminación de las jerarquías en todos los órdenes durante la Revolución
Francesa, hasta la imposición totalitaria, socialista y atea del Comunismo en
el siglo XX. El aporte de Plinio Corrêa de Oliveira fue clave para que hoy en
día podamos entender la naturaleza cultural del proyecto revolucionario
izquierdista y la urgencia que amerita la restauración de un orden basado en la
austeridad, las jerarquías y la moral cristiana. Dicho esto, aclaremos que con
esta mención no estamos haciendo una adhesión completa a todo el contenido de
su obra, sino recalcando la importancia y veracidad de muchos de los postulados
que el autor pronunció en ella. Mantenemos nuestras reservas respecto a su
crítica absoluta a la Reforma protestante.
Hoy en día, la
Nueva Derecha está poco identificada pero conformada por toda clase de
referentes independientes: periodistas, políticos, trabajadores, creyentes,
escritores y activistas del mundo online. Su operar se encuentra bajo la lupa
amenazante, difamadora y represora del aparato mediático, político y financiero
de la Nueva Izquierda. Son incontables los casos de referentes censurados,
condenados por “discurso de odio”, encarcelados, deportados o hasta amenazados
de muerte por el simple hecho de hacer preguntas y/o dar argumentos que
desenmascaran los intereses de la agenda global progresista.
Por citar algunos
ejemplos: el periodista inglés Tommy Robinson (referente de la lucha contra la
islamización de Europa) ha sido condenado y encarcelado en dos oportunidades
por tener la valentía de investigar los casos ocultos de violación de menores
por parte de adultos musulmanes en Inglaterra[11]; también
es importante el ejemplo de la activista canadiense Lauren Southern, quien fue
deportada del Reino Unido e interrogada como si fuese una terrorista por el
hecho de documentar y poner en evidencia el extremismo islámico y la crisis
migratoria de Europa occidental[12]. En
países como Canadá, Australia o el Reino Unido hoy en día podes ir preso por
profesar lo que el progresismo llama “discurso de odio” o “perturbación de la
paz social”, siempre juzgando a tales “delitos” con un sesgo totalmente
izquierdista.
En Argentina,
tenemos el nefasto organismo progresista del INADI[13], que cada
vez tiene mayor poder al operar como una agencia perseguidora del pensamiento
disidente a la agenda de la Nueva Izquierda. Uno de los tantos ejemplos es el
del periodista deportivo Walter Queijeiro, quien fue demandado y perseguido por
la titular del INADI, Victoria Donda, solo por el hecho de definir al hombre
travestido Florencia de la V por lo obvio: su sexo (no nos referimos a “sexo
biológico” ya que es una redundancia).
En la mayoría de
los casos, la población no llega a percibir estas realidades debido a que los
medios masivos están encargados de difamar al acusado o esconder bajo la
alfombra el sin fin de maniobras inmorales e ilegales de los grupos de poder
izquierdistas. Es así como existe una mayoría silenciada pero a la espera de
conocer la verdadera cara totalitaria de la Nueva Izquierda. Son hombres y
mujeres de bien que están a punto de despertar en todas las naciones de
occidente.
El primer país en
catalizar el descontento social tan latente fue Estados Unidos, con Donald
Trump a la cabeza. Posteriormente, en las elecciones brasileñas de 2018,
también se dió el mismo fenómeno con la victoria del excelentísimo derechista
Jair Bolsonaro.
Dada la realidad
actual, tenemos el deber de identificar y sistematizar el campo ideológico de
la Nueva Derecha, en pos de poder ejecutar una acción política de forma
coordinada y consistente a una escala de valores fundados en la honestidad
intelectual, el compromiso nacional, la fé cristiana, el sacrificio y la
conservación cultural.
Sección
III
Decálogo
de la Nueva Derecha Argentina
1 -
Nacionalismo
“Cuando la Patria peligra, todo esta
permitido, excepto, no defenderla”
- Gral. José de San Martín
Defendemos y
amamos a nuestra Patria soberana. Glorificamos a nuestros padres fundadores, a
nuestros héroes y veteranos de guerra, a nuestra bandera, a nuestros símbolos y
al Himno Nacional Argentino.
La Nueva Derecha
sostiene que los argentinos somos libres gracias a nuestros antepasados
patriotas e independentistas, y al contrato social que nos consolidó como país:
la Constitución Nacional de 1853. Es por ello que cada uno de nosotros tiene el
deber de defender la Patria y sus instituciones ante todo agresor que pretenda
subvertir el orden constitucional.
Defendemos la
igualdad de cada ciudadano argentino ante la ley, y jamás cederemos al
igualitarismo liberticida impuesto por la Nueva Izquierda.
Reconocemos la
importancia de un sistema federal con un límite al poder político por medio de
la descentralización y competencia institucional. Tal sistema se caracteriza
por la autonomía administrativa y financiera de cada una de las provincias
unidas, siendo el Estado Nacional sólo el guardián protector en materia de Defensa, Justicia y Conservación Cultural.
Concebimos a la función pública como
un honor, sin ningún tipo de fin lucrativo, cuál único objetivo es servir a los
ciudadanos. Condenamos, repudiamos y castigamos todo hecho de corrupción y
traición a la Patria.
2 - Moral
Cristiana
Reconocemos que
nuestra reserva de valores y brújula moral está basada en las Leyes de Dios[14] y
en los Santos Evangelios[15]. El
resultado cultural es sin duda una guía moral tanto para creyentes, agnósticos
y no creyentes.
Enaltecemos a la
vida humana como el derecho supremo y divino de nuestra civilización, el cual
debe ser protegido hasta las últimas consecuencias.
Defendemos la
familia tradicional como la institución pilar de nuestra sociedad para la
devoción a Dios desde temprana edad y la transmisión de valores. Consideramos
también a la familia como un importante límite al poder político y como la
unidad esencial que da lugar a la expansión de la vida humana. Vale resaltar
que la izquierda siempre ha pretendido destruirla, ya que la misma dificulta
mucho el adoctrinamiento y el control del Estado sobre los individuos.
Algo muy similar sucede con las
iglesias cristianas, la izquierda siempre ha estado empecinada en difamarlas, y
en muchos casos desintegrarlas por completo. Una iglesia se conforma por la
asociación voluntaria de sus miembros, y su principio fundamental es el amor a
Dios y al prójimo, haciendo que la vida en comunidad sea virtuosa, cálida y
pacífica. Los diferentes tipos de iglesias desplazan la labor demagoga y
violenta de un Estado socialista, reemplazandola por la acción solidaria y la
transmisión de valores comunitarios sin hacer uso de la violencia.
Los valores tan
importantes como el sacrificio, la honestidad, la austeridad, la belleza
cultural, la nobleza, el perdón, el arrepentimiento, la empatía y el amor al
prójimo hacen que la vida cristiana en comunidad florezca en armonía sin
necesidad de un estado que controle cada detalle de nuestras vidas. Estas
virtudes también relegan a un segundo plano a los placeres materiales, los
cuales lamentablemente han dominado la vida del hombre occidental
contemporáneo.
Ante la ausencia
de valores, el hombre occidental ha dejado de lado la cultura cristiana,
pasando a ser rehén de gobiernos y organizaciones cada vez más absolutistas, y
esclavo de un estilo de vida conformista, superficial y extremadamente
materialista. Es por ello que la piedra angular de la Nueva Derecha Argentina
es la moral cristiana, y pretendemos sin lugar a dudas defenderla hasta las últimas consecuencias.
3 -
Ciencia, Comercio y Propiedad Privada
La cultura del
trabajo, la responsabilidad y la meritocracia reemplazan al Estado socialista,
clientelista y repartidor de prebendas. Creemos fehacientemente que la
austeridad y el sacrificio son las bases morales del desarrollo económico.
El respeto a la
propiedad privada es esencial para el comercio pacifico entre las personas.
Violar tal derecho fundamental ha sido el objetivo sistemático de la izquierda.
Nosotros, los derechistas, nos oponemos enfáticamente a tal atropello.
Defendemos el
auge del conocimiento académico por medio de la filosofía, el método
científico, la ética, el debate libre de ideas, la refutación de teorías y la
evidencia empírica.
4 -
Conservadurismo
Conservamos
nuestra identidad nacional, occidental y cristiana incentivando el avance
tecnológico y científico, pero marcando siempre los límites morales.
Debemos preservar
nuestra valiosa historia nacional, las tradiciones, los valores, la belleza
artística, los modales, las formas, los códigos de conducta y el valor supremo
de la palabra.
En un mundo donde
la información se esparce globalmente en cuestión de segundos, una sociedad sin
identidad está a la deriva de la manipulación y el adoctrinamiento por parte de
la izquierda internacional. La gran mayoría de los políticos, medios y
empresarios transnacionales tienen el objetivo de “deconstruir” a los estados
nación occidentales y a sus respectivas tradiciones cristianas. Ante esta
realidad, la Nueva Derecha Argentina defiende el cristianismo y la identidad
nacional como los dos anticuerpos culturales claves contra la agenda globalista
de la Nueva Izquierda.
Es por ello que para ser una nación
independiente y líder primero debemos estar dispuestos a identificar, proteger
y conservar nuestros valores y nuestras tradiciones, de lo contrario nuestra
querida República Argentina seguirá estando a merced de la conquista cultural
progresista.
Sección IV
Adopción
El Decálogo de la Nueva Derecha Argentina
es integral pero demanda estricta continuidad para su adopción. En otras
palabras: es crucial la aplicación en su
conjunto y la posterior eterna vigilancia. De suceder lo contrario, de
violar o pasar por alto alguno de los principios, será cuestión de tiempo para
que la sociedad pase a ser conquistada nuevamente por la izquierda cultural.
Vale destacar que
la defensa de nuestra identidad nacional no solo debe ser resguardada por las
instituciones del Estado, sino también existe una gran responsabilidad por
parte de la sociedad civil y los diferentes cuerpos intermedios: las familias,
las iglesias, las asociaciones, los centros educativos, las empresas, etc.
Conclusión
Nuestra República
Argentina necesita, hoy más que nunca, un cambio de matriz ideológica en la
clase política. La demagogia, la corrupción y el socialismo deben ser
confrontados con determinación y convicción moral. La Nueva Derecha nació para
librar esta batalla cultural contra la Nueva Izquierda, y así llevar adelante
el Renacimiento Argentino.
La mayoría de
nosotros quiere vivir y trabajar en paz, en consonancia con las tradiciones
nacionales y los valores cristianos que hemos forjado durante muchas
generaciones. Sabemos que nuestra identidad importa, y que nuestro país tiene
todo para ser potencia y un ejemplo entre todas las naciones.
Debemos tener en claro que este
cáncer cultural progresista no va a ceder y que su objetivo es infectar cada
rincón del mundo occidental. Lo vemos hoy en día de muchisimas formas, desde la
censura creciente al sentido común y a las opiniones derechistas, hasta la
locura de imponerles la “autopercepción” transexual (junto a la hormonización y
hasta amputación genital) a niños de cinco años de edad.
Pero en
Argentina, a pesar de la caótica situación económica que presenciamos, estamos
a tiempo de revertir la situación. Somos patriotas y nuestra tradición
cristiana aún no ha muerto. Nuestro país no debe rendirse frente a la Nueva
Izquierda, sino que debe combatirla y luego florecer como nunca antes.
En conclusión, la
Nueva Derecha Argentina llegó para defender a los ciudadanos olvidados por la
clase política y silenciados por la cultura izquierdista dominante. El punto de
partida está escrito, ahora se necesita de la convicción y la participación de
todos los argentinos de bien que anhelan un futuro glorioso para nuestros
hijos.
Acerca del
autor
Nacido en la
Ciudad de Buenos Aires en Febrero de 1991. Eric
Harris forjó una destacada vocación por la filosofía política y económica
desde muy temprana edad. Más de adulto se ha especializado en tres importantes
campos: el cristianismo, como piedra angular del orden occidental; los sistemas
de gobierno, y la implementación de los mismos en relación a los incentivos
humanos y políticos; y la economía, hallando gran inspiración en los pensadores
de la Segunda Escolástica, Adam Smith y la Escuela Austriaca.
El autor ha
escrito numerosos artículos para el diario Prensa
Republicana. Actualmente es fundador y director de Se Acabó la Joda.
Encontranos en:
Instagram: instagram.com/seacabolajoda.ok
Facebook: facebook.com/seacabolajoda.ok
Twitter: twitter.com/seacabolajoda1
[1] Harvard University Press, Francia.
“El libro
negro del comunismo”, 1997.
[2] AUNAR, “Subversión: la historia olvidada,
documento histórico”.
[3] Exactamente 1094
asesinados, 2368 heridos y 758 secuestrados. MANFRONI, CARLOS A.; VILLARRUEL, VICTORIA E. “Los
otros muertos: Las víctimas civiles del terrorismo guerrillero de los 70”,
2014.
[4] Entiéndase por corrección política a una
narrativa que nunca hace hincapié en la honestidad intelectual y en las
verdades objetivas. Simula ser correcta, teniendo un común denominador
ideológico y tendencioso con fines muy marcados, que las masas pueden asimilar
sin tener que hacer uso de sus capacidades cognitivas. La hipocresía
intelectual de los discursos demagogos y populistas es un claro ejemplo de
corrección política.
[5] Empresas muy
ideologizadas y/o muy tentadas por el lucro que deja la propaganda progresista.
Ejemplos: Google, Facebook, Netflix, entre muchas otras.
[6] Recomiendo la
magistral obra “El Libro Negro de la
Nueva Izquierda: ideología de genero o subversión cultural” de Agustín Laje y
Nicolás Márquez.
[7] Thomas Robert
Malthus, “Ensayo sobre el principio de la población”, 1798. Malthus elaboró una
teoría donde afirma que la población crece más rápido que los recursos, y por
ende el aumento demográfico produce mayor pobreza. Un divague bien comprado por
la izquierda, pero sin ningún tipo de sustento con la evidencia empírica.
Durante los últimos 200 años los números poblacionales han crecido a tasas
récord, y la pobreza no para de disminuir año tras año gracias al comercio de
propiedad privada y al avance tecnológico.
[8] Multiculturalismo:
utopía izquierdista que solo genera como resultado la desintegración cultural
(como vemos hoy en día en los principales centros urbanos del primer mundo), la
segregación o el enfrentamiento explícito entre grupos sociales con modos de
vida muy opuestos.
[9] Por citar un solo
caso entre muchos en todo Europa. El barrio de Molenbeek en las afueras de Bruselas alguna vez fue un
suburbio de habla francesa y cultura cristiana, hoy en día está tomado por
musulmanes que imponen su cultura. Por las calles nadie habla francés y el
crimen aumenta de forma exponencial, no se integran en lo mas mínimo a la
cultura occidental que los ha recibido y peor aún, pretenden segregarse e
imponer su ley: la Ley Sharia del Islam. Ingresar a los siguientes links para
ver “Por qué Lauren Southern necesitó de seguridad privada para caminar a
través de Molenbeek” https://www.youtube.com/watch?v=2sWaBeucCbw ; y “Partido Islámico
pretende transformar Bélgica” https://www.youtube.com/watch?v=9Ly-T1BNQbw
[10] Muchos de ellos
citados en la sección anterior (página 10).
[11] Lamentablemente la
información mediática sobre el caso de Tommy Robinson es escasa y difamatoria.
Recomiendo el trabajo hecho por Rebel News, sitio canadiense independiente que
cubre muchos de los sucesos de persecución a referentes de derecha. Sobre el
caso en cuestión pueden ingresar a los siguientes links: https://www.youtube.com/watch?v=4w6LdNh7MKw ; y https://www.youtube.com/watch?v=iYfStBZ2w8w .
[12] “¿Por qué tres
activistas anti-islam fueron denegados a ingresar al Reino Unido?”, BBC News,
2018. https://www.bbc.com/news/blogs-trending-43393035
[13] “Instituto Nacional
contra la discriminacion, la xenofobia y el racismo”.
[14] Los Diez
Mandamientos. La Biblia,
Éxodo 20:1-17 .
[15] La Biblia, Nuevo
Testamento.
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